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CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril de 2019.- Cuando se habla del mejor amigo del hombre, la mente recurre de inmediato al perro, y aunque este animal es la mascota más común, éstas y otras especies que conviven con humanos comparten el mismo destino: la vejez y la muerte.
En algún momento presentarán enfermedades crónicas y requerirán tratamientos continuos y controles médicos.
Por ello, antes de adquirir el compromiso de una mascota debemos preguntarnos si estamos dispuestos a encarar esos años que anteceden a la muerte, alertó Ylenia Márquez, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Los propietarios de perros deben prepararse para la última etapa de la vida de sus mascotas. Quien piensa adquirir uno debe considerar que en algún momento presentará enfermedades crónicas y requerirá tratamientos continuos y controles médicos.
La académica expuso que mucha gente se compromete con el cuidado de los animales, pero sólo mientras son pequeños, tiernos y adorables, y no piensan en el futuro.
“Desde que adquieren un cachorro deben estar conscientes de que va a envejecer, enfermar y morir, igual que ocurre a los humanos, y que en esos instantes necesitará la compañía de sus dueños”.
La integrante de la Clínica de Pequeñas Especies de la entidad universitaria explicó que se habla de un perro geriátrico cuando cumple dos condiciones: que sea viejo y que curse con patologías asociadas con un proceso degenerativo, es decir, con el paso del tiempo.
Enfermedades
Entre los padecimientos más comunes en esa etapa están las enfermedades de articulaciones o de locomoción, que pueden ser de origen ortopédico o neurológico; alteraciones de origen endócrino, como diabetes; fallas en la visión y audición; cardiopatías y enfermedades renales.
El envejecimiento en un perro varía de acuerdo con su talla y raza. Las tallas pequeñas, como el Poodle, son más longevas que las grandes, como el Gran Danés, San Bernardo o Pastor Alemán. Las primeras pueden ser de edad avanzada a partir de los 10 años, y las segundas, a los seis, aproximadamente.
El proceso degenerativo de riñones, hígado y otros órganos también se asocia al estilo de vida o las enfermedades que haya padecido el perro de joven. Por ejemplo, una fractura puede provocar un proceso de envejecimiento prematuro en las articulaciones.
Así como un humano que se cuida tiene menos riesgos de presentar enfermedades a edad avanzada, si las mascotas reciben cuidados desde que son cachorros y se les trata cualquier enfermedad en evolución temprana, pueden evitar secuelas en la vejez, subrayó Ylenia Márquez.
Por eso, aclaró, es necesario “planear” la vejez de los perros con una buena dieta, un calendario de vacunación y atención de medicina preventiva, para que lleguen a esa etapa lo más sanos posible.
Cuando en casa hay un perro viejo y con alteraciones por el proceso degenerativo, se requiere una vigilancia estrecha del médico veterinario, quien debe planear las revisiones y pruebas de laboratorio necesarias.