Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de mayo de 2017.- Instrumentos únicos, estéticos y representativos de pueblos como el yaqui, rarámuri, chamula y otomí integran la exposición Tradición, naturaleza y sonido. Colección de instrumentos musicales del Cenidim que alberga la Galería Juan Soriano de la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Parte de la historia musical de México es relatada con poco más de 40 piezas, entre fotográficas, partituras e instrumentos como tambores, arpas, flautas, violines, maracas, guajes y sonajas provenientes de Chihuahua, Colima, Durango, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas.
En el montaje que estará abierto al público hasta el 30 de junio de 2017, se puede observar los diferentes materiales, formas, técnicas constructivas y huellas de uso de los instrumentos que se consideran ejemplares únicos de la expresión humana, con valores que los distinguen como patrimonio musical de la nación.
La muestra abre con dos instrumentos chiapanecos, el tambor de vasija Kayum, que representa al dios maya Kayum o Kai Yum, considerado como el dios de la música entre los lacandones; y un tambor chamula que se toca solo o acompañado de una flauta.
Los instrumentos y objetos de la muestra se sitúan en el contexto del quehacer humano: cantos y danzas que forman parte de distintos rituales y celebraciones. Se explica que los instrumentos aumentan las capacidades expresivas de las personas y las acompañan en su vida cotidiana.
Ejemplo de ello es una maraca (hecha de madera, cuentas y espinas de maguey), que se emplea en la danza de los matachines, uno de los bailes más practicados en el norte del país, en la que se celebra el triunfo de los cristianos contra los moros.
Los caparachos y capullos están presentes con objetos como el ayal y el tenabari, los cuales funcionan como sonajas. Ambos instrumentos fueron creados con exoesqueletos y estructuras que protegen el cuerpo de algunos insectos que han sido ingeniosamente usados para crear instrumentos musicales desde tiempos prehispánicos.
Sobre los instrumentos creados con caparazones de armadillos y tortugas, ocarinas, sartales y sonajas de capullos de mariposa, se explica que son combinados para generar sonoridades a la vez complejas y únicas, gracias a su resistencia, dureza, durabilidad, cualidades estéticas y de resonancia.
Otros de los aspectos que queda de manifiesto con esta exposición es que los instrumentos corresponden a la tradición creada por un pueblo y su entorno natural, por lo que los materiales y técnicas dejan ver la estrecha relación de estos objetos con la naturaleza, las lenguas, las costumbres y la cosmovisión de quienes los elaboraron.
Otro instrumento que destaca es el Teponaztli, mandado a construir por el compositor y músico mexicano Carlos Chávez en el año 1934 para el estreno de su Sinfonía núm. 2 o Sinfonía india.
La exposición exhibe partituras musicales y transcripciones de los recopiladores de tradiciones folclóricas mexicanas, y las tradiciones asociadas, así como dibujos, diagramas, fotografías y placas de rayos x.
En las fotografías aparecen un flautista y tamborista de la Danza de los Santiagos en Comaltepec, Puebla (1940); el Conjunto Sacarías Salmerón (1963), Músicos de tierra caliente de Tecuamapa, Guerrero (1963), así como un grupo de niños coras tocando la flauta.
Los objetos de la muestra Tradición, naturaleza y sonido. Colección de instrumentos musicales del Cenidim, han sido material de estudio de importantes representantes de la etnomusicología y la organología del país, como Guillermo Contreras, Hiram Dordelly, Manuel Enríquez, Raúl Hellmer y Carmen Sordo.
La exposición está abierta al público en la Galería Juan Soriano de la Biblioteca de las Artes del Cenart, en Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan, hasta el 30 de junio de 2017, en un horario de lunes a domingo, de 10 a 19 horas y la entrada es libre.