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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de julio de 2016.- Es una leyenda viviente. Referente del balompié nacional. Recordado por sus excentricidades dentro de las canchas de futbol, por sus polémicas declaraciones. Hombre de futbol de toda la vida. Conocido por los comentaristas de la época como ‘el hombre de la cachucha’.
Ahora, a cien años de su nacimiento –que cumple este domingo–, Ignacio Trelles Campos dice ser un hombre que vivió todo “y lo hice, sin exagerar, de una buena manera”. Y al referirse a la profesión que todo le dio, asegura que “el futbol no tiene palabra de honor”.
Nacho Trelles, como es conocido en el ámbito futbolístico, accede a hablar con Quadratín México. La entrevista es vía telefónica. Él está en su casa de Cuernavaca. Responde su hija Maru, quien después de contestar pasa el auricular a su padre.
Don Nacho, amable desde el inicio de la charla, recordó su primer contacto con el futbol cuando, a la edad de diez años, viajó en ferrocarril con su padre desde Guadalajara a la Ciudad México donde quedó maravillado por los niños que jugaban en la calle con una pelota.
Quién diría que ese niño que veía cómo los jóvenes de su colonia perseguían una pelota iba a cambiar el panorama del balompié mexicano para siempre.
Necaxa y su tiempo como jugador
Contrario a la creencia popular, don Nacho no debutó en primera división con los Electricistas del Necaxa ya que el equipo fundado por el ingeniero inglés W.H Frasser se vio reacio, en un inicio, a actuar en el circuito profesional y donde, como amateur, ganó tres títulos de liga y uno de Copa.
Desentierra el recuerdo:
“A los 18 años yo debuté con Necaxa, en el primer equipo, aunque ya llevaba tiempo como juvenil. Hice todo el proceso para llegar hasta arriba. Cuando el futbol se volvió profesional en México, Necaxa no quiso hacer la transición y yo terminé en el América. Ahí me dieron la oportunidad. Tras tres temporadas como americanista fui a Monterrey y luego me fui a jugar la primera temporada profesional a Estados Unidos, con los Vikingos”.
Nacho como siempre un adelantado a su tiempo, jugó en la entonces llamada National Soccer League con los Vikings de Chicago, convirtiéndose en uno de los primeros jugadores mexicanos en emigrar a otro país para continuar con su carrera futbolística.
Tras su aventura estadounidense, Trelles Campos regresó al balompié nacional para jugar con los Potros de Hierro del Atlante, pero su carrera como jugador se vio truncada tras una terrible lesión en el primer encuentro que disputó como atlantista.
“En el primer partido sufrí fractura en una pierna y ahí acabó mi carrera como jugador”, recuerda el legendario hombre de futbol, quien a pesar de la avanzada edad conserva una excelente memoria.
Zacatepec, la primera oportunidad
Antes de que Trelles se convirtiera en el máximo ganador de ligas en el país, con siete títulos, tuvo que pasar por Zacatepec, equipo que fue el primero en darle una oportunidad en la dirección técnica.
El icónico entrenador evoca con mucho cariño al equipo cañero y es que toda gran historia debe tener un gran comienzo.
“Siempre voy a estar muy agradecido con ellos. Zacatepec es mi casa, con ellos logramos el ascenso a lo profesional, me fui a Marte después, pero regresé a Zacatepec para ganar ligas, copas y ser campeón de campeones. Éramos invencibles”, rememora.
Selección para los mexicanos
Trelles, incisivo y polémico como siempre, es claro respecto a su negativa de que el director técnico de la Selección Mexicana sea un extranjero ya que, según su dicho, hay los suficientes entrenadores nacionales para tomar las riendas del representativo azteca:
“En México tenemos los suficientes técnicos para que se hagan cargo de la selección; un extranjero es ajeno a lo que se vive día a día aquí”, dice, y remata: “no todos los entrenadores lo vemos de la misma manera, aunque las reglas sean iguales para todos”.
La Selección Mexicana, ahora dirigida por Juan Carlos Osorio, sumó una racha de imbatibilidad prometedora que terminó en una estrepitosa caída frente a Chile, con marcador de 7-0. Independiente de su simpatía hacia un técnico mexicano en la selección, don Nacho, quien dirigió en 117 ocasiones al Tri, afirma:
“Fue un accidente. Te aseguro que, si vuelven a jugar al otro día los mismos once contra once, esto no vuelve a pasar. Bueno…, eso creo”.
Pelé, el mejor de la historia
Desde el baúl de los recuerdos, Trelles Campos rescata uno de sus momentos más felices: cuando regresaba de Sudamérica a México pues, por azares del destino, en el avión que venía a tierra azteca le tocó sentarse al lado de Edson Arantes do Nacimiento, Pelé. Su idolatría por el ariete brasileño es más que conocida.
“Fue un viaje muy feliz; él venía para México y yo me sorprendí mucho de verlo ahí, en el mismo avión, al lado mío. Platicamos mucho, fue un momento muy feliz, más porque le caí bien. Para mí, él sigue siendo el mejor jugador de la historia”, asegura don Nacho.
Don Nacho, con voz cascada, pero con la mente lúcida, es determinante al mencionar que a México ya no llegan los extranjeros de antes. Y dice:
“Jugadores como Cabinho o Cardozo ya no se ven aquí. Ahora llegan de diferentes categorías, pero todos a apelmazarse y pegar patadas. El futbol de ahora es más violento. Hay muchas faltas. Y los jugadores no pueden lucir su capacidad, ni realizar un futbol más honesto”.
Al cuestionarle por qué ya no arriban este tipo de jugadores a la Liga MX, don Nacho expresa: “eso tendrías que preguntárselo a las directivas, ahora llegan muchos más jugadores de fuera, pero muchos, ya estando aquí, juegan a base de patadas… Hay algunos aspectos raros”.
Y repite la frase que durante la charla utilizará frecuentemente: “El futbol no tiene palabra de honor… Es malo, bueno y regular…”.
Cruz Azul y Tomás Boy
Lejos quedaron esos años en que don Nacho dirigía al equipo de La Noria y hacía de su mote una realidad pues, a finales de los 70 y con Trelles Campos en los controles, La Máquina dominaba la liga mexicana, donde consiguieron dos títulos de liga, 78-79 y 79-80. Ahora, el equipo va para 19 años sin ningún título de Liga.
Don Nacho, a sabiendas de la terrible sequía que vive el club de sus amores, tiene la receta para regresar al Azul a los primeros planos: «tienen que traer jugadores como los que yo tenía cuando yo dirigía al equipo», dice, escuchándose a través de la línea una risilla sarcástica.
“Si Tomás Boy, que me consta era un extraordinario jugador, puede pasarle algo de esa referencia a sus pupilos sería diferente, pero no está siendo así”, afirma.
100 años de récords e historia
Siempre cordial y afable, don Nacho asegura que es un honor llegar a 100 años y compartir centenario con América y Toluca, ambos equipos que dirigió con éxito, y se dice feliz –“sin exagerar”– de ser la mayor leyenda de la dirección técnica del país.
Con mil 83 partidos dirigidos en la otrora Primera División del balompié nacional, Don Nacho ostenta el récord de participación desde el banquillo, y al preguntársele sobre si técnicos en activo como Ferretti, Vucetich y Meza –quienes han hecho su carrera en el futbol mexicano y también dirigido a la selección– podrían alcanzar su marca, se escucha el chasquido de la lengua y atina a decir:
“No todos los entrenadores vemos el futbol de la misma manera, aunque las reglas sean igual para todos”.
¡Feliz centenario, Don Nacho!