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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de agosto de 2025.- El impacto que tiene hoy en día los narcocorridos o las narrativas de música, sí forman el consciente colectivo de las infancias, advirtió la consultoría en seguridad ciudadana Lorena Cortés Villaseñor.
En presentación de su libro Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán, invitada por la senadora de Morena, Reyna Celeste Ascencio, la autoría de la obra alertó sobre una batalla simbólica a la cual hay que atender con la violencia cultural.
“Tiene que ver con toda la narrativa que se ha creado al interior de estas organizaciones desde lo territorios tiene que ver cómo se ha acuñado al paso del tiempo en México una especie de narcocultura”, subrayó.
Ante especialistas en el tema, Lorena Cortés explicó que esta narrativa creada al interior de grupos criminales se trata de una serie de creencias, valores, de símbolos, de culto a la ostentación, del culto al dinero, del culto a la cosificación del cuerpo a las mujeres, y un largo etcétera.
En Apatzingán se normaliza apología del crimen
“Si ustedes van a Apatzingán y entran a algún lugar público es muy común escuchar apologías del crimen organizado donde narran historias realmente de terror y al paso del tiempo se normalizan por estar repitiendo este tipo de narrativas”, compartió en conversatorio.
A la morenista Reyna Celeste señaló sobre esta “asignatura pendiente”, pues dijo que no hay un diagnóstico real en Michoacán de la participación real de niñas, niños y adolescentes en el crimen organizado.
Más bien, se estima con indicadores de pobreza y pobreza extrema y en territorios donde se discuten las economías criminales como en los límites de los estados de Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Guerrero.
El libro Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán sentencia que el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes es una violación grave de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.