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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero de 2023.- Si en México los apoyos sociales no se ven reforzados con algún tipo de proceso de educación social, pueden tener aspectos adversos familiares y comunitarios, porque terminan en el consumo, en los grandes mercados y empresas.
Así lo manifestó Andrea Kenya Sánchez Zepeda, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, y doctora en esta disciplina por la Universidad de La Plata, Argentina.
En entrevista a propósito del Día Mundial de la Justicia Social, a conmemorarse el 20 de febrero, la especialista abordó el panorama adverso hacia la justicia social, cuyo contexto incluye a América Latina y México.
Los factores geopolíticos inciden, se registra una guerra cuyo impacto financiero y económico se vive con la inflación y el aumento del costo en alimentos de la canasta básica, que en ciertas regiones se potencializa.
La académica destacó el recrudecimiento de las condiciones laborales y de vida por la pandemia de Covid 19
“Vimos las crudas imágenes de la emergencia de los sistemas de salud, aunado a la pérdida de empleos, las jubilaciones forzadas y los reajustes familiares económicos. Hay un problema de trabajos dignos, de acumulación de dinero que no se reparte en sueldos y prestaciones, y que impacta en la aspiración de justicia social”.
Aun cuando se ha convocado al multilateralismo y a la cooperación, ahora se observa la invalidación de algunos organismos supranacionales, tan es así que la guerra está en curso, en la catástrofe en Turquía y Siria el esfuerzo real fue a través de cooperación diplomática más que a cargo de la ONU. “Se requiere la paz para poder sentar un equilibrio económico, de salud y de todos esos elementos que componen la justicia social”.
Al citar el Informe de OXFAM Internacional Las desigualdades matan, el cual señala que “La riqueza de los 10 hombres más ricos del orbe se ha duplicado, mientras que los ingresos del 99 por ciento de la humanidad se han deteriorado a causa de la Covid 19”, y que “conjuntamente 252 hombres poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas de África, América Latina y el Caribe”, Sánchez Zepeda menciona que se tienen que revisar las condiciones de dignidad humana.
De manera teórica o filosófica, rememora, el sociólogo Boaventura de Sousa Santos habla del enfoque tripartita de la injusticia social: cognitiva, económica e histórica. “Estaríamos hablando de las condiciones que necesitamos las personas, los pueblos, para poder tener justicia histórica, algo más identitario; en cuanto a la cognitiva, información, educación; y en la económica, acceder a la materialización de las satisfacciones básicas”.