Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Un as bajo la manga para la dirigencia del SNTE
Luego de una reunión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador con distintos grupos magisteriales antagónicos, se avivó la disputa por la dirigencia nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y fue uno de los toritos que le dejaron al próximo mandatario quien se mantuvo firme en que no tendrá ninguna intervención al respecto. Abiertamente les manifestó que habrá democracia interna en los sindicatos.
La presunta reunión fue el lunes en la casa de transición y luego en un hotel de la colonia Roma, según trascendió entre los reporteros que cubren las actividades del equipo cercano al próximo Presidente de la República en la casa de transición, que dejará de serlo en unas horas. Unos y otros se manifestaron de distinta forma, pues algunos pararon la circulación de vehículos a su llegada a esta sede y otros, más discretos, invitaron al tabasqueño a un recinto más privado.
Este último grupo, se dijo, se trató de los integrantes de la agrupación Maestros por México, que laboraron en la defensa del voto para López Obrador, quien supuestamente instruyó a Olga Sánchez Cordero (Gobernación) y Luisa María Alcalde (Trabajo) acelerar la elección interna de la organización sindical, que por ahora comanda Alfonso Cepeda Salas, que reemplazó a Juan Díaz de la Torre.
Hacia el interior de las bases del magisterio aglutinado en las filas del SNTE ya surgieron voces de quienes no quieren el retorno de Elba Esther Gordillo a la dirigencia y se inclinan por el profesor Rafael Ochoa Guzmán para que retome la dirigencia sindical en un proceso democrático, abierto y transparente.
Para algunos dirigentes estatales y locales que no han querido sacar la cabeza para pronunciarse abiertamente, afirman que Ochoa Guzmán, además del liderazgo que le reconocen propios y extraños, cumple con el perfil político que se requiere en estos momentos, tanto para el sindicato como para sistema educativo que impulsará el gobierno de López Obrador.
Internamente, Ochoa Guzmán puede ser el equilibrio entre fuerzas centrífugas que querrán apoderarse de la organización sindical. Por el lado gubernamental, la capacidad política que ha mostrado puede contribuir al diseño e implementación de una política educativa incluyente.
Aunque Elba Esther Gordillo dijo que le tomará la palabra al presidente electo para buscar nuevos liderazgos educativos que surjan del voto libre y secreto, por lo que buscará de nueva cuenta el liderazgo del SNTE, su figura se desgastó luego de haber estado presa durante casi todo el sexenio que ya culminó. Sólo conserva su optimismo, dicen.
El deterioro del prestigio de la maestra Gordillo se fue al caño luego de que mientras pagaba con cárcel delitos que nunca fueron debidamente documentados para una sentencia judicial, varias investigaciones periodísticas desnudaron el origen de su fortuna, riquezas acumuladas y propiedades dentro y fuera del país.
Hacia el interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no impactó el llamado optimista de la dirigente: “Vamos de regreso, vamos por el SNTE”, en un video enviado al noticiero de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.
Esteban Moctezuma Barragán, próximo secretario de Educación, ha dicho que para el gobierno que se avecina no tiene ningún significado el regreso de Elba Esther al SNTE, porque se respetará la independencia de los sindicatos; ella pregona en el video difundido en la televisión abierta que volverá a tomar el timón y que lo hará con el voto libre de los integrantes de la agrupación magisterial. Alfonso Cepeda Salas, el líder, levantó la ceja y comentó al respecto, que no será tan fácil su retorno. No la quieren más al frente.
La licencia definitiva de Juan Díaz como Presidente Nacional del SNTE cierra un capítulo obscuro de esta organización sindical, pues durante su efímera dirigencia, Díaz de la Torre no se mantuvo leal a Elba Esther Gordillo y al apoyar la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y ponerse al lado del ex secretario de Educación Pública Aurelio Nuño, desdibujó su liderazgo frente las corrientes de opinión internas.
Sin reparo alguno y en contra de los intereses de sus agremiados, se convirtió en vocero de la reforma educativa sin importar la afectación a los derechos laborales de los maestros. La irritación de los trabajadores de la educación no se hizo esperar y pronto se dieron cuenta que Juan Díaz no representaba los intereses de la base. Aunque nunca se levantó frente a su mentora para formular una denuncia judicial en su contra, Juan Díaz llegó al final de una gris presencia en la escena política del país.
Los operadores políticos de Peña Nieto, quien ya había anunciado la reforma educativa, se equivocaron al señalar que Gordillo sería un obstáculo, pues no la aceptaría en todos sus términos, menos en la parte de la evaluación punitiva a los profesores, que verían conculcados sus derechos laborales.
La aprehensión de Elba Esther se produjo en el marco de profundas diferencias del equipo de Peña Nieto porque pensaron que con ello atraería el apoyo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y fue al contrario, pues lejos de apoyar al Ejecutivo, se fortaleció en todo el territorio nacional y fue la principal opositora de la reforma educativa.
Conforme las acusaciones contra Elba Esther por delincuencia organizada y lavado de dinero se tornaron imposibles de demostrar, pues los recursos que utilizaba eran del SNTE y no tenía necesidad de rendir cuentas, pues los utilizaba con autonomía, las acusaciones se fueron al vacío. Así logró la libertad.
Una opinión generalizada de varios entrevistados profesores del SNTE que pidieron el anonimato indica que no ven posible el retorno a la dirigencia de Elba Esther y sí prefieren al ex senador Ochoa Guzmán, porque la gente tampoco quiere que los sindicatos, sea la CNTE o el SNTE, tengan el control de la educación.
Reconocieron los entrevistados que aunque se diga que de la Reforma Educativa no quedará “ni una coma”, lo cierto es que sería suicida borrarla de un plumazo sin pagar costos muy altos de todo tipo. Más bien deben ajustarse algunos temas e incorporar a los maestros en el proceso, hacerlos protagonistas y mejorar los contenidos y la capacitación magisterial.
No sería aceptable para las mayorías anular la evaluación magisterial –sin que ésta se convierta en instrumento punitivo o haya amenaza de despido para los docentes– y mucho menos regresarle el control de la educación al CNTE en Oaxaca. ¿O sí?