Poder y dinero
Se unifican criterios para castigar a curas pederastas y a los otros también
A la conductora de radio y televisión Ana Lucía Salazar le informaron mal sobre la decisión del Papa Francisco, quien supuestamente ordenó castigar al sacerdote Fernando Martínez con despojarlo de sus funciones religiosas por haber abusado de ella cuando tenía ocho años y estudiaba en el Colegio Cumbres de Cancún.
A través de su cuenta de Twitter, Salazar señaló que, con esta decisión, el Papa “prefiere el bien de la Iglesia en lugar del bien de las víctimas de la violencia sexual clerical” y mencionó la carta que los Legionarios de Cristo le enviaron el 13 de enero, en la que le comunican esta decisión del Sumo Pontífice: “En lugar de que la Legión de Cristo me hubiera mandando una carta… ¡Me hubieran mandado una cuerda para colgarme en mi casa!”.
Se entiende su indignación, porque los Legionarios le comunican textualmente que “el Santo Padre ha aceptado su petición de salida del estado clerical por el bien de la Iglesia”. Y agregan que la petición del propio sacerdote pederasta Fernando Martínez la hizo para “buscar aliviar de algún modo el sufrimiento causado a usted y a las demás víctimas”. Además, que el clérigo siga en la congregación.
“Su lugar debió haber sido la cárcel. Se retira a los 80, casi a los 81 años, eso no es un retiro voluntario. Es una jubilación prácticamente, es una mentira que la decoran y la matizan todo el tiempo”.
Sin embargo, el Papa Francisco fue muy tajante y efectivamente, el cura Fernando Martínez debiera estar en la cárcel. El Sumo Pontífice prometió el domingo 24 de febrero del año pasado tomar «acciones concretas» para acabar con el abuso sexual a menores dentro de la Iglesia Católica, al finalizar una cumbre histórica sobre el tema que se realizó en Roma. Una de esas acciones, “llevar ante la justicia a los presbíteros que hayan cometido algún tipo de delitos.
En esa misma línea están los obispos mexicanos. En los últimos diez años, se tienen registrados 271 sacerdotes católicos que han cometido abusos sexuales, de los cuales 155 han sido acusados ante las autoridades civiles por este delito, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). El presidente de la CEM, monseñor Rogelio Cabrera, señaló que para la Iglesia “no basta con atender cada caso de abuso sexual, ni con castigar a los culpables, sino que también se debe reparar el daño”. Pidió a las autoridades civiles mexicanas que, en el caso de los sacerdotes pederastas, “no haya prescripción de este delito”.
En conferencia de prensa, Cabrera exhortó a los padres de familia y a los tutores de menores de edad a que denuncien ante la Iglesia y ante las autoridades del Ministerio Público los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes. “Para nosotros, las víctimas son lo primero, por eso animamos a los tutores y a los padres de familia a que denuncien estos casos”, recalcó el presidente del Episcopado Mexicano.
Por su parte, el secretario general de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola, explicó que estos 271 sacerdotes que cometieron abusos sexuales fueron reportados por los obispos de sus propias diócesis, a petición del Episcopado, que quiso tener un registro nacional de los sacerdotes mexicanos abusadores.
Tanto los obispos mexicanos como el presidente Andrés Manuel López Obrador piden a los legisladores apretar con severidad las reformas legales para castigar a los pederastas y que no prescriban estos delitos relativos al abuso sexual de menores, luego de escándalos de encumbrados políticos, sacerdotes y obispos encubridores de los delitos cometidos.
López Obrador se pronunció a favor de que no prescriban los delitos relacionados con abuso sexual a niños, como se ha dado el caso de las denuncias contra integrantes de Los Legionarios de Cristo. Durante la conferencia matutina del miércoles 15 de enero los periodistas le preguntaron si estaría de acuerdo en que se hiciera una reforma legal en el Congreso de la Unión para que no prescriban los delitos cuando se trata de abusos contra menores, como los casos vistos en dicha congregación católica, cuyos integrantes acusados son expulsados, pero no son sancionados penalmente.
“Sí, en ese sentido sí, pero corresponde a los legisladores presentar iniciativas”, aclaró. Luego, reiteró: “Yo sí considero que no deben de prescribir este tipo de delitos”. De acuerdo con el diario Reforma, un día antes obispos mexicanos exigieron a autoridades judiciales eliminar la prescripción del delito de abuso sexual para que si un niño que fue violado pueda proceder contra su agresor en su adultez. Los Legionarios le retiraron al pederasta cura Martínez Suárez su estado clerical dos meses después de reconocer que abusó sexualmente de al menos ocho niñas, cuando éstas estudiaban, entre 1991 y 1993, en el Instituto Cumbres Lomas de Ciudad de México y Cancún. Entre ellas la locutora Ana Lucía Salazar.
Pero no sólo hay curas en el escándalo. El 8 de mayo de 2007 la periodista Lydia Cacho denunció penalmente al empresario Jean Succar Kuri, al gobernador de Puebla, Mario Marín y a la procuradora poblana Blanca Laura Villeda por intento de homicidio luego de que en su libro Los demonios del Edén diera a conocer la red de abusadores de menores que opera en México desde entonces, por lo que fue víctima de un atentado por esas fechas, cuando iba a bordo de una camioneta de la Procuraduría General de la República.
Como se recordará, la publicación incomodó a un círculo de políticos y empresarios porque en las páginas de Los demonios del Edén trascendieron los nombres de los empresarios Kamel Nacif y Succar Kuri, y los políticos Emilio Gamboa Patrón y Miguel Ángel Yunes Linares, junto con quienes se vieron involucrados en escándalos de pederastia. El escándalo llegó a los medios.
A Kamel Nacif y Succar Kuri los acusó la periodista de encabezar una red de pederastia protegida por políticos y empresarios y desde entonces la periodista fue objeto de amenazas telefónicas y presiones por parte de anónimos que le advertían que no se metiera con el gobernador Mario Marín, ahora prófugo de la justicia.
Pero los escándalos de pederastia fueron más truculentos cuando se trató del clero. El más representativo de estos curas pederastas, en México, Marcial Maciel Degollado, quien hizo escuela y ha tenido seguidores no sólo entre los Legionarios de Cristo, su fundación, sino en los más altos niveles de la jerarquía eclesiástica. Fue acusado formalmente de cometer abusos sexuales por varios miembros de la congregación y estudiantes de los establecimientos de los legionarios a partir de 1997, aunque hay constancia de la existencia de quejas desde los años de 1940, según publicó en su momento El País.
En 2006, como resultado de un proceso canónico interrumpido, la Santa Sede indicó el retiro de Maciel del ministerio sacerdotal. En 2009 saltó a la luz la noticia de que Maciel era padre de una joven española. A través de un comunicado en 2019, la Legión de Cristo reconoció las acusaciones de abuso sexual de al menos 60 menores por parte de su fundador, cuya influencia no sólo permeó en México, también en Estados Unidos, como el de la Diócesis de Búffalo, donde el obispo Richard Malone, a quien el Papa Francisco le aceptó su renuncia luego de haberse involucrado en un escándalo por encubrir abusos de pedofilia en su diócesis. Asimismo, El país dio a conocer el 15 de agosto de 2018 la situación que prevalecía entre sacerdotes pederastas en Pensilvania, Estados Unidos.
“Un terremoto eclesiástico sacude a Pensilvania. Un brutal informe del gran jurado ha revelado este martes que más de 300 sacerdotes abusaron de niñas y niños durante las últimas siete décadas. Esta investigación, que logró identificar a más de mil víctimas infantiles, es la más exhaustiva que se ha llevado a cabo sobre el abuso sexual de la Iglesia Católica en Estados Unidos. El fiscal general del Estado, Josh Shapiro, entregó los escabrosos detalles del documento, donde se concluye un «encubrimiento sistemático por parte de altos funcionarios de la iglesia en Pensilvania y en el Vaticano».
Y aunque consiguieron identificar a más de mil víctimas infantiles, remarcaron que el número real -entre los casos que se perdieron y los de los niños que no se atrevieron a acusar- es de «miles».
Marcial Maciel Degollado, fue el cuarto de los once hijos de Francisco Maciel y Maura Degollado Guízar, hermana del general cristero Jesús Degollado Guízar. Inició su formación en 1936, a los quince años de edad, en la ciudad de México en el seminario dirigido por su tío abuelo Rafael Guízar y Valencia, quien fuera obispo de Veracruz, y que por estas fechas se encuentra en proceso de canonización.
Los legisladores tienen la palabra. Legislar con mano dura contra los pederastas.