Descomplicado/Jorge Robledo
Hace unos días un grupo de niños vestidos de negro fue visto en las calles de Tecámac, en el Estado de México. Estaban organizados con grupos de transportistas, con quienes realizaban rondines de vigilancia, de acuerdo a lo que comentan, con la finalidad de no permitir las extorsiones y más delitos en contra de la población, que cabe mencionar, son muchos en esa entidad.
Esto no es cosa menor, pues demuestra que los niños están asumiendo tareas que no les corresponde. Esta escena sólo se puede entender en un país donde la seguridad no está garantizada para ninguna familia en el país, donde la realidad va en contra del discurso oficial de que “todo va bien”; de hecho, hasta se han promovido movimientos en redes con la leyenda “con los niños no”.
Los niños en México como en todo el mundo deberían ser los primeros protegidos, porque son en quienes se sostiene el futuro del país. Todos sin excepción, deberían tener garantizada su salud, educación, su pleno desarrollo, pero esto no es posible si antes no se procura su integridad y vida.
En 2021, circularon imágenes de niños guerrerenses que marchaban formando parte de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), que tiene presencia en la montaña de esta región. Esto para tratar de protegerse de los grupos delictivos que operan en esa zona.
Con fusiles en mano caminaban con valor para detener la ola de violencia que azotaba a sus familias. Ellos crecieron en una realidad aterradora, donde a pesar de la pobreza, eran robados, las mujeres violentadas, los hombres secuestrados y el escaso patrimonio con el que contaban, les era arrebatado.
Crecieron en un entorno donde la violencia era algo normal. Así que unirse a las autodefensas, fue una consecuencia natural, porque lo que se necesitan son manos para proteger a la comunidad; y un niño, aunque no alcance a entender la magnitud del problema y el riesgo, haría lo que fuera para proteger a su familia.
En su momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que “No se deben utilizar a los niños” en esto nadie podría estar en contra, pero habría sido una muy buena señal que la región se pacificara, y como nos hemos podido dar cuenta, la violencia sigue todos los días, y escala hasta anudarse con las autoridades.
Hoy el debate está en los libros de texto del sistema de educación, que coincido con muchos, debe tener una revisión, y acordar los contenidos con una guía clara, pero si hablamos de cuidar a los niños, es necesario revisar el tema de la seguridad. No es justo que tengan que defenderse, ellos deberían estar jugando, ensuciándose de tierra, pero no siendo víctimas de una estrategia que no los protege.