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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de abril de 2021.- Los niños que han logrado responder de una mejor manera al encierro derivado por la pandemia de Covid 19, los hicieron en parte por la emoción de poder estar junto a su familia o seres queridos, consideró
Al respecto, las académicas de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Beatriz Macouzet Menéndez y María Teresa Monjarás Rodríguez, comparten sus conocimientos sobre el tema.
María Teresa Monjarás Rodríguez considera que algunos de los menores saldrán fortalecidos de la situación de emergencia sanitaria, porque cuentan con aspectos protectores como: clima familiar favorable, autoestima y capacidad intelectual.
“Hay que resaltar, además, tres factores involucrados en el desarrollo de la resiliencia en los menores: los atributos propios del niño; los aspectos de su familia; y las características de su contexto social. Es debido a éstos que es complejo hablar de habilidades generales que los niños podrían estar adquiriendo”, indica.
La especialista considera la hipótesis de que en esta situación los niños pueden estar asimilando la capacidad para adaptarse a situaciones de crisis, si lo observan, sobre todo, de sus padres; la empatía, se mira cuando ellos realizan alguna videollamada con sus abuelos o familiares y son conscientes de que no pueden ir a visitarlos por el riesgo de contagio.
Otra es la creatividad, explica, porque han tenido que estar en un contexto donde sus progenitores trabajan, además de su necesidad de emplearla en espacios reducidos, en donde, por ejemplo, piensan qué hacer con sus juguetes o con los objetos en casa.
Otras habilidades son: el trabajo en equipo, ya que a algunos les han asignado roles de apoyo, así como el valor a los otros; es decir, apreciar a sus compañeros y familiares, puntualiza Monjarás Rodríguez.
Ellos están muy atentos a todo y llegan a decir “no hay que agarrar nada porque nos contagiamos”; además de la paciencia: se han facultado para esperar, habilidad compleja que pudieran estar adquiriendo, comenta la experta.
En un estudio realizado con preescolares, la académica universitaria encontró que quienes han logrado adaptarse con mayor habilidad es porque sus cuidadores, al igual que ellos, tenían emociones y sentimientos positivos del encierro, es decir, alegría por estar juntos.
Más cerca de las mascotas
Ian Morones Santana, de ocho años de edad, cursa el segundo año de educación primaria y envía mensajes de voz vía WhatsApp. Comenta que lo aprendido en sus clases que recibe en casa “es diferente a como era antes”.
“Me gusta más salir a lugares, pero protegerme. Me conecto en línea a las clases en mi iPad, y ahora aprendí a convivir más con mis mascotas, a cuidarme de todo también, a ser responsable, y no sé qué más; bueno, sí, también debo de ser más cuidadoso con las cosas, no tocar nada y cuidar a los animales y a la naturaleza”.
Cambios en los rituales de los menores también los hacen más fuertes
Ansiedad y duelo desplazaron a los problemas de conducta y aprendizaje como los motivos por los cuales los niños llegan a los centros de atención de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, cambio propiciado por la emergencia sanitaria, afirma Salvador Chavarría Luna, docente y supervisor en la Especialización en Intervención Clínica en Niños y Adolescentes, de esa entidad universitaria.
El duelo no ha podido manejarse con los niños pues no hay rituales que ayuden a elaborar la pérdida. “Sucede que dejan de ver a una persona, a un familiar unas semanas y luego ya no lo vuelven a ver”, comenta.
La escucha activa de los padres, su disposición a atender dudas e inquietudes sobre la actual pandemia por la Covid 19 y un eventual regreso a clases presenciales son fundamentales para disminuir la ansiedad que algunos niños presentan por el confinamiento.
En ello coinciden los académicos Salvador Chavarría Luna y Beatriz Macouzet Menéndez, quienes resaltan que los adultos deben escuchar con tranquilidad, además de preguntar más sobre qué les preocupa a los niños y adolescentes.
“Bajar la ansiedad de un niño o niña no se logra diciendo que no pasa nada, sino dando respuesta a su pregunta, indagar qué necesita, cuáles son sus dudas y ayudándoles en el desarrollo de sus habilidades sociales”. Si no se tiene la información en ese momento, se les puede decir que la investigarán y se les informará más adelante, comenta Chavarría Luna, también maestro en psicoterapia infantil.