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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de diciembre de 2020.- Para comenzar el año nuevo sin rencores, el camino para lograrlo no es otro que el perdón, afirma la Iglesia católica.
A través de su revista Desde la fe, añade que «ese perdón tan difícil de obtener, y más aún, tan difícil de otorgar».
Un propósito para Año Nuevo puede ser trabajar en nuestro crecimiento espiritual. Es muy probable que en tu caminar por la vida hayas sentido rencor, coraje, resentimiento con tu familia, con tus amigos, con Dios… hasta que llega el momento en que quieres sentirte bien, que quieres liberarte de ese “malestar” y volver a vivir en paz.
En el texto advierte que el perdón no necesariamente implica la reconciliación con aquel que te lastimó; «el perdón es única y exclusivamente para ti, para liberarte de esa cadena que te tiene esclavizado y que te impide vivir en plenitud. Es importante saber que nada puede reparar el daño causado, ninguna venganza podría sanar el dolor, pero sólo el perdón te sana a ti del veneno destructivo del espíritu».
Año Nuevo sin rencor ¿Qué se requiere para perdonar?
Reflexión profunda: ¿Qué tanto me domina el resentimiento? ¿Ya es hora de “dejar ir”?, ¿Sufro viejas heridas emocionales que piden a gritos ser curadas?, ¿Quiero vivir con paz interior?
Decisión: Una actitud firme que busque la paz interior con objetividad e inteligencia, dejando atrás rencores y odios, pensamientos destructivos y dañinos.
Responsabilidad: Aceptar las consecuencias al perdonar a otros. Impedir que sus reacciones te afecten negativamente y desarrollar una capacidad para fomentar actitudes sanas y de crecimiento personal.
Cambio de pensamiento: Procurar un pensamiento positivo, optimista. Dejar aquellos pensamientos negativos, destructivos, que alimentan tu mente, tu memoria y que te esclavizan haciendo aún más grande el problema.
Capacidad para identificar qué hay detrás de tu enojo: Rencor, ira, miedo, tristeza, desilusión, desamparo, etc., para poder trabajar sobre ello y dejar las cadenas que te atan.
Humildad: Capacidad para verte con objetividad como un ser falible que puede mejorar.
Oración: Las fuerzas humanas son valiosas, pero con la ayuda de Dios, lo que se cree imposible es posible. Dios otorga las gracias necesarias para que todo lo anterior sea posible, siempre y cuando haya decisión para hacerlo.