Teléfono rojo/José Ureña
Encarecen medicinas; prohibido enfermarse
Bajo el argumento de que el dólar sube, los propietarios de las farmacias del país anuncian que en breve subirán hasta 35 por ciento el precio de los medicamentos. Aunado a ello, y esto es lo grave, la COFEPRIS, órgano del Gobierno que quiere decir Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios insiste en prohibir el uso de más de 200 plantas medicinales a las que recurre la mayoría de la población empobrecida por la mala administración nacional que, obligada a trabajar más y a comer menos a causa de la carestía, cada vez recurre a los remedios con mayor frecuencia.
Con tal medida, de concretarse, el Gobierno Federal pretende dejar a la población en manos de las compañías farmacéuticas trasnacionales, asesta otro golpe a las comunidades indígenas del país agobiadas ya por el anunció del recorte presupuestal a este sector, daña aún más la deficiente economía de la mayor parte de la población, que al parecer ahora tiene prohibido enfermarse, deja en el desempleo a unos 30 mil yerberos y atenta contra la tradición cultural del pueblo mexicano.
Pero todo eso es nada. El proyecto de la COFEPRIS va en contra de la política de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en lo que a medicina tradicional se refiere y, de igual modo, dicen los botánicos, lesiona dolosamente derechos fundamentales de grupos vulnerables como lo son los pueblos y comunidades indígenas, personas físicas y morales que tienen como medio de subsistencia la recolección, distribución y comercialización de las plantas que el gobierno quiere atacar.
El aviso preocupa hoy más que nunca pues atenta además contra las instituciones de la salud que desde hace años recomiendan el uso de las plantas medicinales, al grado de que en regiones rurales existen instalaciones, como en Teziutlán, Puebla, en que se ofrece a los enfermos la medicina moderna y también la tradicional, optando la mayoría por ésta última. En esos hospitales y centros de salud se han incorporado servicios personales en módulos de medicina y de partería tradicional o farmacias con preparados herbolarios elaborados por terapeutas tradicionales. El objetivo general es ampliar la oferta de atención a la salud con procedimientos y remedios de la medicina tradicional. Estos espacios se llaman mixtos y existen desde 1990 en estados como Nayarit, Durango, Campeche, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, estado de México y Querétaro, donde se ubican curanderos, yerbateros, sobadores, hueseros y parteras tradicionales.
En su momento, al conocerse el listado de este gobierno, la Confederación Patronal de la República Mexicana advirtió de que, al hacerse realidad, se abriría la puerta a productos ilegales, a la competencia desleal y al mercado negro internacional. Basta señalar, ejemplificó el organismo, que tan sólo en Tamaulipas se cultivan 5,544 hectáreas de sábila y la pérdida económica para el país sería de unos 6,500 millones de dólares ya que aquí se produce el 50 % de la producción mundial. Esto es sólo en el caso de una planta, pero se quiere prohibir más de 200 que se usan en tés, infusiones, pomadas, champús, cremas y, entre otros muchos usos, en suplementos alimenticios.
Hay que tomar en cuenta que el tema ha sido abordado por diputados federales ya que los temores provocados por la COFEPRIS, que no por ello deja de insistir, llevan tiempo. Por eso es que los legisladores, como Silvano Aureoles, actual gobernador de Michoacán, han pedido que, por el contrario, la Ley General de Salud reconozca a la herbolaria y a la medicina alternativa construyéndose mecanismos que las regulen debido a que cerca del 80 por ciento de la población acude a ellas en busca de remedio a sus padecimientos.
Otros diputados han mencionado que en los últimos 20 años el cultivo de las plantas medicinas se ha incrementado hasta un 800 por ciento, lo que deja una derrama económica nacional de 600 millones de pesos al año. De hecho el cultivo de las llamadas yerbas medicinales se realiza en 18 estados de la República y su producción supera las 22 mil toneladas anuales. Quienes se dedican a esta actividad revelan que en realidad la COFEPRIS ha declarado la guerra a 432 plantas que curan y que, sin embargo, las ubica dentro de los productos “milagro” y con ese sentido se ha dedicado a cerrar tiendas naturistas, decomisar productos y aplicar multas exageradas.
Cabe señalar que un primer listado con la leyenda Acuerdo por el que se determinan las plantas prohibidas tiene fecha de 15 de diciembre de 1999 y fue emitido por el entonces secretario de Salud, José Antonio González Fernández; que hubo reacciones en contra y que nada se supo de ello hasta que inició el actual gobierno, lo que obligó a la recolección de firmas en todo el país, porque entre otras plantas más se encuentran en el listado: Árnica, Epazote, Pasiflora, Anís estrella, Equinácea, Valeriana…Que se sepa, la administración que tenemos no ha informado en que quedó todo esto. Lo cierto es que la vigilancia contra las plantas medicinales persiste, cuando muchos prefieren los tés que las pastillas por ser más baratos y porque sus resultados se conocen desde la época prehispánica. Sería saludable entonces que los responsables determinen si seguirá la prohibición o no. Sobre todo ahora que el dólar se encuentra a más de 20 pesos y que la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (UNEFAM) argumenta que todos los medicamentos suben porque la sustancia activa y la materia prima se compran en dólares. En lo que va del año las medicinas han subido su precio, en promedio, 10 por ciento las fabricadas en México y hasta 25 por ciento las que proceden de laboratorios trasnacionales, por lo que con el aviso {esta se habrán encarecido antes de que termine el año en más de un 50 por ciento. Para cerrar hay que considerar por último que México ocupa primeros lugares en el mundo por enfermos de diabetes, hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos, gripe, influenza y males gastrointestinales.