Poder y dinero
¿Y si gana Trump? ¿Y la reforma Migratoria?
Donald Trump amenazó que de llegar a la presidencia de los Estados Unidos lo primero que hará será frenar las remesas que envían los mexicanos que trabajan en ese país. La condición de no hacerlo, advirtió el empresario, es que el gobierno mexicano deposite 10 mil millones de dólares para que se construya el muro fronterizo que pretende el xenófobo candidato del Partido Republicano; en tanto que, por el contrario, Hillary Clinton, candidata del Partido Demócrata, ha propuesto que, de triunfar, en los primeros cien días de su gobierno llevará a cabo una reforma migratoria.
Lo cierto es que millones de mexicanos rezamos para que Trump no sea Presidente, cuando, según una encuesta, ya rebasó con 6 puntos a Hillary, lo que hace temer que un loco llegue a dominar el imperio que se consolidó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los estadounidenses vencieron a otro loco llamado Adolfo Hitler.
Al republicano parece no importarle que la contribución económica anual de los migrantes mexicanos es de un billón de dólares, cantidad que rebasa con mucho lo que deja a los estadounidenses el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –también amenazado por el candidato–, según Raúl Hinojosa Ojeda, del Centro de Integración y Desarrollo de América del Norte de la Universidad de California en los Ángeles.
De acuerdo con El Anuario de Migración y Remesas 2015, de la fundación BBVA Bancomer, México se encuentra entre los países con más migrantes en el mundo –casi 12 millones de personas–. La mayoría residen en Estados Unidos y cerca de la mitad son indocumentados. Muchos mexicanos, hombres, mujeres e incluso niños, han emigrado y continúan emigrando al país vecino del norte en busca de mejores oportunidades de vida que las que prevalecen en su lugar de origen. Estos emigrantes dejan atrás casa, familia, amigos y comunidades, sin saber cuándo volverán o si se reencontrarán con sus seres queridos. La separación familiar es uno de los costos más altos que los migrantes y sus familias tienen que afrontar.
Entre 2000 y 2007, el volumen de migrantes mexicanos en Estados Unidos aumentó en promedio 500 mil personas al año. Sin embargo, de 2007 a 2014, el volumen se ha reducido en promedio en 50 mil personas, lo que comprueba que la migración es un fenómeno que puede cambiar su tendencia en poco tiempo. A estas consideraciones, hay que agregar el fenómeno migratorio centroamericano que debe pasar por territorio mexicano en su meta de llegar a lo que llamamos “Gringolandia”.
Por lo que toca a las remesas, el dinero que envían quienes trabajan en Estados Unidos a sus familiares en México, el anuario registra que, en 2009, tuvieron una caída de 6.5 por ciento. Actualmente, crecen. México se ubica actualmente en el 5to lugar de los principales países receptores en el mundo con 4.2 por ciento del total mundial. El año pasado se aproximaron a los 25 mil millones de pesos, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, que son los estados con mayor dependencia del dinero extranjero que en su mayor parte es enviado de los Estados Unidos y, para muchos investigadores, ha actuado como un freno a estallidos sociales mucho más fuertes de los que en la actualidad se registran en el país, donde la pobreza y el hambre se ha enseñoreado sobre más de 70 millones de mexicanos.
Hay que destacar que la mayoría de los hogares receptores de remesas se caracterizan por pertenecer, en primer lugar, a localidades de tipo rural. También se ubican, lo dice el estudio, en un grado de marginación alto. Destaca, en este tipo de hogares, la prevalencia de una jefatura masculina, aunque la jefatura femenina va en incremento. Asimismo, la escolaridad promedio de los jefes y jefas de familia es de nivel primaria.
Todo esto viene a cuento porque cada vez se está más cerca del 8 de noviembre, el día de las elecciones en Estados Unidos, fecha temida por los mexicanos y el mundo, por todo lo que ha manifestado el multimillonario Donald Trump que no quiere ver para nada a los paisanos, que, como lo hizo Enrique Peña Nieto en el pasado reciente, lo compara a Hitler o a Mussolini por el daño que hizo el nazismo a la humanidad.
Sin antecedentes políticos, Trump ha hecho correr el miedo entre los mexicanos de aquí y los que están en su país, quienes ahora se enfrentan a un odio creciente que ha infundido el neo nazista en la derecha estadounidense con sus expresiones discriminatorias.
Para empezar, está la amenaza de la construcción del muro con el fin de impedir la entrada de mexicanos a los Estados Unidos, el incremento a los precios de las visas temporales de ejecutivos y diplomáticos hasta que nuestro país no se responsabilice de los gastos de la barda divisoria; otra amenaza consiste en expulsar a los migrantes indocumentados que son alrededor de 11 millones; y, la penúltima, una declaración de guerra a México.