El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
La Iglesia Católica y su negocio de lucrar con la muerte
En su gran investigación sobre El Lenguaje de la inmortalidad, Eulalio Ferrer estableció que la comercialización de la noticia de la muerte es un necio muy próspero -nunca ha dejado de serlo- al cual no son ajenas las agencias funerarias y los cementerios, al encabezar lo que sin duda es una campaña mercantilizadora o especulativa del deceso. A la cita hay que agregar que, en estos tiempos, nadie como la Iglesia Católica para lucrar con el también llamado viaje sin retorno.
Prueba de ello es la prohibición papal a todos los católicos de conservar en sus casas las cenizas del familiar cremado, las cuales tampoco pueden ser esparcidas, aunque ésta haya sido la voluntad final del fallecido. No, sólo pueden guardarse en criptas y nichos de los templos que, como debe ser, se construyen, a manera de condominios para muertos, desde por lo menos 1963 en que se autorizó por las autoridades religiosas la cremación.
Para ello, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, firmó, el 16 de febrero de 2005, un Decreto sobre la construcción, uso y mantenimiento de Columbarios para Nichos en Lugares Sagrados. En el documento la Iglesia, por medio de los ritos exequiales, manifiesta su solicitud por los difuntos y que mediante los mismos les obtiene la ayuda espiritual, honra sus cuerpos y a la vez proporciona a los vivos el consuelo de la esperanza. Cuenta que el cuerpo del fiel cristiano difunto fue configurado un día con el sello de la Santísima Trinidad convirtiéndose en templo del Espíritu Santo. Y, como buen vendedor, el religioso apunta que por esta razón los cristianos respetan y veneran el cuerpo de los difuntos y el sitio donde éstos descansan. Aconseja que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver, sin embargo no prohíbe la cremación y establece que las cenizas resultantes de la incineración pueden ser depositados en esos lugares, ya que la sepultura en lugares sagrados tiene una finalidad estrictamente religiosa y que por lo mismo la Iglesia Católica como asociación religiosa reconocida tiene derecho a utilizar las áreas de los templos como depósito de los restos de los fieles católicos.
Desde entonces el negocio va. Sobre todo ahora que los 118 panteones que tiene la Ciudad de México se encuentran saturados y que falta espacio para el descanso eterno, dicen, de los que han sido abandonados por la vida. Cada día crece el déficit de tumbas, ya no hay tierras que repartir, o vender ni para los muertos. Pero ahí están los santuarios de la Iglesia Católica que, piadosa, esta pronta a vender nichos ante la creciente demanda de una población nacional que ya rebasó los 120 millones de mexicanos, de los cuales el 80 por ciento, alrededor de 100 millones, se dicen católicos, población cautiva para el culto católico y su negocio en ascenso porque, se quiera o no, todos tendremos que morir.
El tema que ahora parece resucitar con la prohibición del Papa Francisco y en vísperas del Día de Muertos ha sido analizado con anterioridad. Es el caso de la agencia CISA-PROCESO que hace años publicó que los bienes históricos de propiedad nacional, por ley, no deben ser comercializados. Sin embargo, la Iglesia Católica sigue con el negocio que le deja millonarias ganancias. Son los condominios que mayor índice de productividad tienen en la historia de la construcción de este país, si no es que del mundo, consideró entonces Sergio Zaldívar, quien fue director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), al explicar que la construcción de un nicho salía en unos 400 pesos, pero que el mismo se llegaba a vender en 10 mil pesos.
Ante el polémico asunto, hay especialistas que aseguran que la Iglesia Católica colabora en resolver el problema de la falta de panteones. Otros no olvidan que fue en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando se modificaron las Leyes de Reforma y que a partir de 1993 las asociaciones religiosas pueden tener propiedades, aunque los viejos templos siguen siendo de la Nación y están concesionados por el Estado para su uso y funciones sin fines de lucro. Otros rechazan que la Iglesia haga negocio, pero lo cierto es que, por lo menos en el proyecto, se estimó que la construcción de la nueva catedral de Tijuana costó alrededor de 30 millones de dólares y que se financió con la venta de 32 mil criptas con 120 mil urnas a un precio, el más barato, de 2 mil 610 dólares. A final de cuentas, sí se vendieron todas, se obtuvieron 50 millones de dólares más.
Ante el próspero negocio, las ofertas para adquirir criptas o nichos se multiplican y lo harán mucho más gracias a la disposición del Vaticano. Hay templos en que se ofrecen sin enganche y a cómodas mensualidades. Pronto algunas parroquias las venderán al “dos por uno”. Yo, como dice el epitafio del célebre filósofo español Miguel de Unamuno “Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”.
DESDE EL CENTRO
El Frente Auténtico del Campo (FAC) sigue con su estrategia de visitar o tomar las sedes de los principales partidos políticos para que sus diputados aboguen por los productores de alimentos, a los que se pretende afectar con el recorte presupuestal. Esta semana tocó al PAN donde fueron recibidos por el secretario general, Damián Zepeda… Aunque han bajado las exportaciones del azúcar, en el mercado interno continúa a la alza el precio del dulce…Por fin se abrió a la circulación la llamada autopista del sur, ojalá sirva largo tiempo… Buenas noticias de Mikel Arreola al informar que el IMSS trascenderá con finanzas buenas hasta el 2019.