El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Tiempos de Huracanes: Ahí viene José
Vivimos tiempos de huracanes y de tormentas tropicales, todos, por muy débiles que sean, temibles. Sobre todo para la gente del campo, la que se dedica a producir los alimentos que demanda la población nacional o por lo menos para la sobrevivencia propia.
También llamados ciclones porque se presentan cada año, casi siempre provocan graves desastres naturales en el sector rural. Este 2018 empezó con Adrián, Beatriz, Greg, Hilary e Irwin; Arlene, Katia, Irma y por ahí viene José, tan poderoso que ya anuncia más sufrimiento a los pobres del país que son mayoría, con recortes al presupuesto nacional que pegarán directamente a los programas sociales a fin de que en 2018, año electoral en que se define al próximo presidente de la República, los partidos políticos puedan actuar como nunca a través de promesas falsas, lucrar con las tragedia y manipular a su antojo el voto ciudadano.
Los que saben adelantan que habrá menos dinero para el pueblo pues sin pobres no hay votos garantizados al Partido Revolucionario Institucional, que se ha valido de ellos para permanecer en el poder durante décadas, salvo el Decenio Trágico en que gobernó la derecha a través del Partido Acción Nacional (PAN). Por lo pronto el Instituto Nacional Electoral (INE) que, con Lorenzo Córdova al frente, ya se frota las manos para recibir alrededor de 25 mil millones de pesos, el más alto de la historia que el Estado mexicano destinará a financiar la política, lo que ha provocado gran indignación, tanta o más que la causada con la estafa del siglo, detectada en dependencias como SEDATU, PEMEX y BANOBRAS, sin que haya castigo alguno y se deje imperar a la impunidad.
Los sacrificados son de nuevo los productores del agro. Por eso es que Federico Ovalle Vaquera, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) exigió a la Cámara de Diputados recortar el gasto al INE y a los partidos políticos en 50 %, ya que considera inútil arroparlos con recursos que deben ir a la población y no a enriquecer a funcionarios y líderes partidistas. Se queja que, en cambio, en la propuesta presupuestal de José Antonio Meade Kuribreña, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), existe una reducción del 4 % al campo en términos reales comparados al de este año. A la demanda se han sumado El Barzón, la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) y, entre otras muchas, el Movimiento Social por la Tierra (MST).
Francisco Chew Plascencia asegura que la reducción propuesta a los recursos que los campesinos obtuvieron en 2017 ascienden a los 6 mil 232.90 millones de pesos, debido a que lo proyectado a recibir por la SAGARPA son 64 mil 325.20 millones de pesos, lo que significa un 8.83 % menos. No obstante, el líder del MST reconoce que en el paquete hacendario se considera entregar al Programa Especial Concurrente (PEC) –sector rural en el que participan recursos de 14 secretarías de Estado —alrededor de 320 mil millones de pesos, cantidad superior a los 318 mil 906.80 millones que recibió este año y que son materia de sospechas sobre su verdadera y honesta aplicación en, digamos, construcción de caminos, de escuelas, de hospitales y demás que son las obras e inmuebles, además de viviendas, que más impactó el terremoto del pasado 7 de septiembre que golpeó sobre todo a los ha habitantes de Chiapas y Oaxaca. Otra vez los más pobres. Según Chew las disminuciones al presupuesto dirigido al campo dolerán más en lo que es el Programa de Financiamiento y Aseguramiento del sector rural, el de Apoyo a la Comercialización, el de Fomento a la Inversión y Productividad, el de Apoyos a Pequeños Productores y al que trata de incentivar los cultivos de maíz y de frijol; y que además se pretenda desaparecer tres programas de la Secretarías de Agricultura: el de Concurrencia con las Entidades Federativas, Eco Turismo y Turismo Rural, así como el de Construcción de Caminos Rurales.
Alianza Campesina del Noroeste (ALCANO), que dirige Raúl Pérez Bedolla, recuerda que en 2012 –con Felipe Calderón de presidente– el presupuesto autorizado fue de 71 mil 621.3 millones de pesos. Con la nueva administración, de manera progresiva y redondeando subió a 75 mil 402, 84 mil 742, 92 mil 142, 84 mil 827 y 70 mil 558, y, para el próximo año, 64 mil 325. Todas las cifras son en millones de pesos. La diferencia con la cifra más alta es de 27 mil 817 millones de pesos. De ese tamaño es el bajón en el actual sexenio. A lo que se deben agregar los mentados subejercicios presupuestales, crimen que consiste en no gastar lo autorizado por falta de planeación y que en promedio se estima alrededor del 30 % del monto original.
Ante este desolador panorama, los dirigentes acuden al artículo 33 del PEC para el Desarrollo Rural Sustentable. Menciona que la distribución del gasto aprobado debe ser para incrementar la producción, la productividad y la competitividad agroalimentaria y pesqueras del país; a la generación de empleo rural, a la incorporación de los productores al desarrollo nacional, principalmente a los que viven en zonas de marginación pon y a los nativos. Por cierto, Jaime Martínez Veloz, el Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México de la Secretaría de Gobernación, recién expresó su inconformidad porque a esta población que se calcula en unos 16 millones es la que más se le quiere disminuir presupuestalmente. “No existe –afirmó en foro de la Cámara de Diputados- ninguna justificación ni argumentación válida; porque si el recorte general a las otras dependencias debido al déficit financiero es de 10 o 12 por ciento, y en este caso se recortó son ningún criterio explicable a la dependencia CDI que es la que atiende a los pueblos indígenas, con 50 por ciento”. Y es que se quiere repetir el castigo de este año en el 2018. Por lo mismo –se insiste—sin pobres no habría votos para el PRI.
Con lo expresado no resulta extraño que en tiempo de tormentas en el México rural se le tema desde ahora al huracán José.
Desde el centro
Hace 32 años nos sorprendió el peor temblor de tierra del siglo pasado que prácticamente azotó a la ahora Ciudad de México… Se aplaude desde ahora la inminente salida de Miguel Ángel Mancera, el jefe de gobierno capitalino. Mucho se alegran, aunque el daño ya está hecho… Basta de feminicidios en el país. El de Mara encendió de nuevo la inconformidad… El que está por irse y no se va, lo que provoca estrés, es el cardenal Norberto Rivera… Aunque banqueros, empresarios, la Radio y la televisión –claro, sus dueños— y los políticos sin excepción lucran con las tragedias del sureste, de nuestra parte no dejemos de comprobar que la solidaridad enviada realmente llegue a quienes la necesitan.