Acusa Sebastián Ramírez hackeo de la oposición al equipo de Morena
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de mayo de 2018.- La Conferencia del Episcopado Mexicano cuestiona ¿Es posible acabar con la corrupción? y a la vez hace un llamado a los ciudadanos a no dejarse embaucar por la propaganda electoral.
A 51 días del domingo de elecciones, 1 de julio, en un documento firmado por el obispo emérito Felipe Arizmendi Esquivel, exhortan a los mexicanos a que se actúe en el proceso electoral con prudencia, y se considere a los candidatos no solo por su actuar sino también por su círculo cercano.
“Todos los candidatos a la Presidencia de la República se llenan la boca prometiendo terminar la vergonzosa corrupción que nos invade por todas partes. ¿Esto es posible? Desde luego que lo es, pero lo importante es comprobar los medios con que realmente cuentan para lograrlo. No es fácil ni sencillo cumplir esta promesa de campaña. Otros han prometido lo mismo, y no lo han conseguido, aunque a niel personal no se les puedan comprobar actos de corrupción. El problema es, lamentablemente, bastante institucional y generalizado. A todos nos atrae el dinero y no cualquiera vence la tentación de robar lo que no es suyo”, señala la carta.
“En nuestras diócesis y parroquias, así como en las instancias protestantes, no han faltado casos de corrupción, no alentada por los obispos, párrocos y pastores, sino por la ambición del dinero, que tentadoramente se mete en las conciencias”, reconoce el Obispo.
El obispo Arizmendi Esquivel insta a los votantes a que analicen el testimonio personal de los candidatos: qué tan honestos son, qué tan transparentes en sus negocios, qué tan buenos administradores de los bienes públicos, qué tan libres y generosos para poner sus propios bienes al servicio de los demás.
“También hay que analizar el historial del círculo inmediato de sus colaboradores, porque algunos corruptos se han sumado a determinada opción partidista sólo por la esperanza de ganar un puesto, no por convicciones ideológicas, ni porque sean muy ejemplares en su vida. Hay que conocer las medidas legales y morales que ofrecen para cumplir lo que prometen en este punto, pues no es fácil acabar con esta epidemia de la corrupción. ¡Cuidado! ¡Puede haber corruptos entre quienes prometen acabar con la corrupción!”, refiere el religioso.
“Analicemos bien quién de los candidatos puede realmente combatir la corrupción con la mayor eficacia posible, sabiendo que el país depende de la honestidad de todos los ciudadanos y no sólo de las autoridades”, concluye el escrito.