
Entre 30 a 32 grados, la CDMX este jueves
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de diciembre de 2017.- Los amantes de los productos orgánicos e hidropónicos que además disfruten de los paseos por el bosque pueden encontrar dicha combinación en el primer Dinamo, en la zona boscosa de la delegación Magdalena Contreras, en la Ciudad de México.
Este sábado y domingo ahí se celebra la primera edición del Mercado Granjero, donde 50 productores ofrecen lechugas hidropónicos, fresas frescas, setas de hongos, queso de cabra, carne de conejo y hasta huevo de gallina suelta, el que es de verdad rojo y no pintado como el de supermercado, como presumió Melisa, sonriente dueña de uno de los stands.
Los 50 puestos están rodeados por un par de columnas de enormes pinos y para estar a tono con la preservación de la naturaleza, los puestos están armados con madera reutilizada del propio bosque.
Una de las vendedoras es Angélica Flores, quien vende setas. En entrevista con Quadratín explicó que una de las ventajas de su producto es que como ellos lo producen es fresco pero además barato, ya que con ella el medio kilo vale 30 pesos, mientras que en un mercado más céntrico vale 60.
Originaria de San Bernabé añadió que su expectativa con el Mercado Granjero es que les ayudará a ella y al resto de los productores a promover lo que venden.
“Solo lo vendemos en la colonia, apenas estamos creciendo”, expresó.
Sus productos cuentan con el sello Hecho en Contreras y aclaró que es para garantizar que se trata de un producto producido localmente.
En su primer día el Mercado Granjero fue visitado por el jefe delegacional, Fernando Mercado, quien dijo que ahí se podrían encontrar ingredientes para una cena Gourmet.
Hubo otros visitantes que aprovecharon para respirar aire puro y sacar a sus perros e incluso llegaron personas de otras demarcaciones. Es el caso de Ana Lilia, quien llegó desde Iztapalapa, acompañada de 35 personas.
Reconoció que llegó a visitar los legendarios Dinamos, sin saber del Mercado, pero al verlo ella y sus acompañantes aprovecharon para comprar productos.
“Fuimos a los caballos y compramos fresas y lechugas”, señaló.
Una adolescente acompañante suya que practica el veganismo, emocionada compró productos orgánicos, incluso una crema tipo Nutella y lo hizo a buenos precios.
“Hay muy buenas cosas, baratas; vas a otros lados y no están buenas y aquí sí”, concluyó.