Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Corrupción e ineptitud en torno a nuestro fracaso olímpico
Poco a poco, a la par de las escasas medallas que se recogen en ésta la Olimpiada de Rio 2016, salen a la luz los diversos actos de ineficiencia, corrupción e ineptitud que han llevado a nuestros atletas a fracasar en ésta fiesta de la juventud y el deporte. Brotan también los actos de cinismo rampante en los que incurren los funcionarios públicos encargados de administrar el deporte de alto rendimiento.
A las torpezas del Comisionado Nacional de Deporte, Alfredo Castillo, de llevar a su novia y vestirla con indumentaria propia de los deportistas e integrantes de la delegación mexicana, se suman diversas acusaciones que reflejan la ineptitud de éste personaje.
Las acusaciones de la arquera Aida Román, quien señaló que el funcionario público estuvo más atento a las andanzas amorosas con su novia, que en atender las necesidades médicas de la delegación a su cargo, son las primeras. Pero resalta también, el señalamiento de un levantador de pesas, quien debió de utilizar en plena competencia internacional, una vestimenta totalmente llena de parches para ocultar la marca, pues los uniformes oficiales que le entregaron para competir no eran de su medida.
Una vez que se asegura la primera presea por el boxeador Misael Rodríguez, sale a la luz que éste debió botear en la calle para conseguir los recursos económicos necesarios para prepararse a nivel internacional, ya que los apoyos económicos que le debieron otorgar para acudir al campeonato mundial de box en Doha, Qatar, le fueron escamoteados por federativos y comisionado.
Surge además la profunda pugna que hay entre la Federación Mexicana de Box y la Conade, aunque ambas instancias se quieren ahora colgar la medalla del pugilista.
El presidente de la Federación Mexicana de Boxeo, Ricardo Contreras, pidió que el director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo, no “se cuelgue” la medalla que aseguró Misael Rodríguez en los Juegos Olímpicos de Río 2016, “pues no aportó dinero para la preparación de los pugilistas, cuyos uniformes tuvo que pedir fiados”.
“Espero que no se cuelgue la Conade la medalla de este muchacho, este es un esfuerzo personalísimo de él. El que a finales del mes pasado no tuviéramos dinero ni para los uniformes, nos obligó a pedir fiados los uniformes de la marca Adidas, porque no los hemos pagado. Pero no nos importa, el resultado se obtuvo y ahí está. El tiempo pondrá a todos en su lugar”, declaró el federativo a ESPN.
“En medio de la pugna Castillo-Contreras quedaron los boxeadores, quienes no tuvieron recursos para salir a participar a competencias internacionales. Cuando la Comisión pretendió entregar directamente dinero a los boxeadores, el federativo les prohibió recibirlo. En lugar de conseguir por su cuenta dinero, Contreras intentó chantajear a Castillo y previo al Mundial de 2015 en Qatar, mandó a los boxeadores a botear a las calles y en el transporte público”. Proceso 2076.
Cabe señalar que Contreras lleva más de 24 años como federativo de box y Castillo le retiró recursos por encontrarle una serie de irregularidades administrativas, ello pese a que en la Conade, los mandos relevantes y puestos claves son ocupados por amigos del actual director, Alfredo Castillo, quien además permite que varias parejas trabajen en la dependencia en altos cargos, de acuerdo a información de El Universal. O sea que entre corruptos si se leen las manos y perro come carne de perro.
La exigencia es, entonces, que renuncie éste personaje de tan negro pasado y dudoso currículo, pero antes que explique el porqué del fracaso tan rotundo en ésta justa olímpica. No hay duda: Alfredo Castillo debe irse, pero también deben limpiase las federaciones que por años han entorpecido el desarrollo del deporte competitivo. Y en éste sentido Carlos Padilla, titular del Comité Olímpico Mexicano (COM) también tunde a Castillo a quien culpa de la desmotivación de los deportistas al retirarles diversos apoyos.
La pregunta surge por si sola: ¿quién es más culpable?, Castillo por haber aceptado un puesto para el que no está preparado y su desconocimiento es mayúsculo, ¿o el jefe del Ejecutivo Federal por imponer a un amigo tan inepto? Es claro que a Peña Nieto no le interesa el deporte, salvo para la foto lucidora, pero el haberlo sacrificado encargándoselo a su incompetente amigo es también de enorme irresponsabilidad.
Su amiguito, como ha quedado demostrado en notas periodísticas, ha lucrado con su puesto y dio un giro a la Conade, pues además de convertirla en agencia de viajes –como el mismo ha dicho— es también un paraíso burocrático en dónde los recursos destinados a sueldos suman 196 millones de pesos en tanto que los apoyos económicos para artículos deportivos sólo 16 millones de pesos.
Y por si fuera poco, el titular del COM señala a Castillo como el culpable de cortar la curva del aprendizaje deportivo de nuestros atletas de alto rendimiento.
Así que mejor no rinda cuentas, mejor que se vaya a vacacionar con su novia, pero ya no a costa de los bolsillos de los mexicanos.
Y si pudo perder a la niña Paulette entre los colchones de una cama, como no perder al deporte olímpico en una maraña burocrática y de ineptitudes.