Visión financiera/Georgina Howard
Ejecutivo federal avala ineptitud en Conade
Enrique Peña Nieto, jefe del Ejecutivo Federal –en plena crisis de credibilidad y con los peores niveles de aceptación entre los mexicanos– ratifica Alfredo Castillo como director de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), pese al rotundo fracaso de México en los pasados juegos Olímpicos. En una decisión más de amigos que de estadista, pues el ocupante de Los Pinos justificó el pésimo papel de su amigo con una rotunda frase: “sabe de deportes”. Y así, ni sus mejores consejeros y ni más cercanos pudieron decir ni pio y aplaudieron la decisión del mexiquense.
Un día después, el 29 de agosto, con cara de yo no fui, el titular de la Conade compareció ante legisladores en una reunión a modo, descafeinada y sin azúcar, presidida por el priísta Pablo Gamboa Miner, donde los cuestionamientos fueron tersos, complacientes e incluso hasta apapachadores, casi como un “no pasa nada mi cuate, te fuiste de vacaciones con tu novia y te la pasaste re bien y el preciso ya dio línea”.
El titular de la Conade se deslindó, así, de la mala actuación y falta de apoyos de algunos deportistas que asistieron a los Juegos Olímpicos. Responsabilizó a las distintas federaciones deportivas nacionales de operar en la opacidad. Acusó a las mismas de irregularidades por tres mil 600 millones de pesos y convenció del todo a diputados tricolores y verdes, claramente ignorantes del deporte.
Con cara de compungido se reconoció “frívolo”, pero “no ratero”. Y aceptó que cometió errores por lo cual pidió una disculpa. Una disculpa más en el canal de las estrellas. Dijo que para él es preferible el desarrollo de infraestructura para que los mexicanos hagan deporte y no asistir a los juegos olímpicos por medallas. ¿Entonces a qué carambas fue a Brasil? se hubiera quedando aquí con su novia construyendo campos deportivos y ligas competitivas. Dijo que las federaciones son unos auténticos nidos de rateros que hay que limpiar, pues las hubiera combatido desde el principio con todo antes de arriesgar a México en una justa internacional y no asistir. Asegura que con menos se hizo más. Cierto le recortaron el presupuesto, pero compró ropa de marca para el desfile y luego vistió a los atletas con ropa inservible para competencias.
El señalamiento, cabe decir, no es por ratero, pero sí por inepto e ineficiente, de cometer más errores, como en los que ha incurrido con frecuencia en diversas tareas encomendadas, y se evidencia ahora en su papel de administrador del deporte; pero es amigo del preciso y le pasaran por alto que su novia, aquella con la que se besaba en público en cada escenario olímpico, sea la responsable de los viajes y logística de los deportistas que acudieron a Rio y convertir a la Conade en una agencia de viajes, y eso en cualquier lugar implica un conflicto de intereses y es castigado por la Ley de Responsabilidades. Pero en éste caso ni se lo mencionaron los diputados.
Pero si su jefe y amigo ha incurrido en situaciones de conflictos de intereses y es señalado de plagiar el 28 por ciento de las ideas de su tesis de licenciatura, en una clara falta de probidad y ética, pues es de esperarse que no pase nada, y Castillo siga ocupando una silla y un salario a costa del erario. Nadie tampoco le va a reclamar que haya gastado 10 mil pesos en cada uno de los uniformes con los que desfiló la delegación mexicana en Brasil, incluyendo el que uso su novia. Nadie le dirá que no sabe de deportes pues su jefe-amigo ya lo exoneró y hasta afirmó que si sabe.
Según las notas periodísticas la comparecencia de Castillo frente a los diputados federales fue exitosa, no por la habilidad de éste, sino por la ignorancia en materia deportiva de los legisladores que integran la comisión de deportes de la Cámara de Diputados. Al exponerles que hubo un recorte de tres mil millones de pesos, ninguno cuestionó el por qué, cuando se sabe que fue destinado a obras de infraestructura para los juegos panamericanos.
En su defensa argumentó que los polémicos resultados obedecen a que la delegación tricolor obtuvo más cuartos lugares y varios atletas se colocaron entre los primeros 10 lugares en su especialidad, además de que es una delegación joven, cuya madurez y mejores resultados se darán en próximos juegos, mismos a los que no acudirá ya como funcionario y difícilmente se le pedirán cuentas, como tampoco le preguntaron en ésta ocasión el por qué utilizó recursos públicos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) para pagar sueldos de casi 100 mil pesos mensuales a un grupo de amigos, a quienes hace pasar como entrenadores de atletas de élite.
De los pocos datos duros que dio y deben ser investigados me quedo con el señalamiento de que la Procuraduría General de la República (PGR) tiene abiertas averiguaciones previas en contra de las federaciones de Atletismo, Tiro con Arco, Béisbol y Frontón por el presunto desvío de 68 millones 143 mil 280 pesos. Y hasta ahí, pues lo demás fue una farsa en zona cómoda que termino con un disculpen mis errores y frivolidades.
Los escasos deportistas que acudieron a la reunión salieron molestos pues se les obstaculizó el uso de la palabra, incluso en momentos les fue negada de forma grosera. De ahí que el velocista José Carlos Herrera y la arquera Alejandra Zavala abandonaran el lugar sumamente frustrados, aunque se dieron tiempo para denunciar que deben mocharse con las federaciones que les piden 14 por ciento de los premios.
Mucho que indagar y limpiar en nuestro deporte de alto rendimiento, el cual estoy cierto no será limpiado y enderezado por Alfredo Castillo, quien no sabe de deporte.