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Libros de ayer y hoy
La guerra se extiende
Lo que debería haber sido el inicio de la fiesta y jolgorio con el carnaval en el bello puerto de Veracruz, se convirtió en el martes de sangre. Hasta el momento de redactar mi colaboración, se sabía de un enfrentamiento a balazos, por más de tres horas, entre Marinos y malandros con un saldo de dos muertos y un herido. Horas después, en la zona residencial de Boca del Río, municipio conurbano de la ciudad capital jarocha, apareció una camioneta con once cadáveres y un anuncio donde se declaraba la guerra a todos y contra todos: “guerra quieren, guerra tendrá. Aquí nos morimos todos”, advertía el mortal anuncio.
Las Imágenes recogidas por algunos medios dieron cuenta de cadáveres desnudos y apilados al interior y exterior de una camioneta tipo Van. La respuesta a tales hechos por parte del nuevo mandatario veracruzano Miguel Ángel Yuñez Linares fue tan lacónica como evasiva: “gracias”, respondió a los reporteros que lo inquirieron. ¿Gracias de qué? De tanta sangre, de tantos muertos, de tanta violencia, que según los medios locales se extendió hasta el sur de la entidad.
Pero los hombres malos –que dice el belicoso Donald Trump no podemos combatir– no sólo han hecho daño en la entidad del Golfo de México, sus intereses y afanes se extienden a lo largo y ancho del país, también de sur a norte, tan así que ayer mismo, el diario Reforma en su nota principal de primera plana reporta, según informes de Inteligencia Federal:
“Al menos 40 muertos se registran en Los Cabos en lo que va de 2017, una muestra del enfrentamiento que libran el Cártel de Sinaloa y lo que denominan Cártel de Tijuana Nueva Generación.
“Este último grupo es una alianza de los remanentes de la banda de los Arellano Félix con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). El Cártel de Tijuana Nueva Generación empezó a adelantar sus líneas de operación desde la recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el 8 de enero de 2016, y desataron las hostilidades con el asesinato de Guadalupe Acosta López, “El Javi”, operador del Cártel de Sinaloa en Los Cabos, el 7 de julio del año pasado.
“En Baja California Sur, la confrontación la protagonizan grupos de narcomenudistas alineados a la organización Pacífico (Cártel de Sinaloa) y células afines a la alianza Arellano Félix-CJNG, cuyos integrantes se disputan el control de los municipios de Los Cabos, La Paz y Mulegué”
Hasta ahí la cita de la nota de ayer 1 de marzo del 2017 en el citado diario. No hay que olvidar también que Quintana Roo, y sobre todo sus dos ciudades turísticas más emblemáticas –Cancún y Playa del Carmen– son plazas disputadas por cárteles del narcotráfico, como lo evidenciaron las batallas recientes. Sinaloa también arde, como al igual sucede en Tamaulipas y Guerrero.
Hasta ahora la estrategia del gobierno federal es mandar más y más elementos de las Fuerzas Armadas de la Policía Federal Preventiva y la Gendarmería, una operación multiplicada que ha demostrado su ineficiencia, cuando lo que se requiere es de una verdadera estrategia y planeación para frenar a los hombres malos, que se ven más desafiantes y mejor armados. Una estrategia que ataque también sus poderosos recursos económicos y las vías de abastecimiento de armas. En éste sentido las amenazas del oligofrénico del norte –y que cumple– traen pocas esperanzas de acabar con uno de los males que corroe al país. Trump ve a México y el resto de Latinoamérica como naciones de criminales que han inundado de drogas a su país y convertido a sus ciudadanos en “inocentes víctimas”. Evidentemente el hombre de negocios sabe cómo doblegar a sus contrincantes pero desconoce de drogas, su cultivo, trasiego y comercio. Su país es el mayor mercado del mundo y el más demandante de las mismas. Desde su país viene el dinero para armar y financiar a los cárteles. Desde su país se envían las poderosas armas con las que atacan a nuestras fuerzas armadas y aterrorizan a nuestra población. Desde su país claman por cannabis, cocaína, heroína y diversas drogas sintéticas.
Así, las palabras del secretario Miguel Ángel Osorio Chong me suenan tan huecas como huecas han sido las acciones del gobierno federal por contener la violencia y reducir a las bandas criminales que infestan ya a todo el país. Dice el funcionario –por cierto presidenciable– que la delincuencia organizada enfrentará “una respuesta contundente” al lanzar un operativo de seguridad dirigido al centro de Veracruz, es decir el corredor Córdoba-Orizaba, donde los malos se han cebado contra la población civil. Les advierte que enviaría más elementos de la Gendarmería, y ellos, los hombres malos, responden con balaceras y ajusticiamientos.
Milenio aporta un dato estremecedor, apunta que por la guerra mencionada hay un muerto cada hora. Otro diario señala que tan sólo ayer fueron 20 los ejecutados. Algo anda mal en la estrategia contra los malos y su presencia crece y su malevolencia más. Dirán en descargo que se están matando entre ellos.