Corrupción neoliberal
El deprimido de Mancera
En unos cuantos días deberá inaugurarse con platillos, bomba y payasos el túnel que atraviesa la avenida de los Insurgentes a la altura de río Mixcoac, sin duda la obra pública más emblemática e importante de la administración de Miguel Ángel Mancera (conocido por sus múltiples detractores como Ternurita). La obra en cuestión es de enorme relevancia pues hará que la circulación vehicular, motorizada, y hasta peatonal, se agilice y sea más amable en uno de los puntos más conflictivos de nuestra megalópolis.
Marcará a la administración mancerista que se ha empeñado por desestimular el uso del automóvil particular, tratando de privilegiar el uso del transporte público, sin que al momento haya logrado su propósito, fundamentalmente por la carencia de un transporte masivo eficiente, suficiente y seguro. Al tiempo que las medidas draconianas y hasta inconstitucionales por desalentar el uso masivo del auto no han resultado. La ciudad padece a diario serios problemas de movilidad y de congestionamientos de tránsito.
Así, el deprimido de Mixcoac o de Manacar, aún no se le bautiza, fue diseñado para aliviar definitivamente los enormes embotellamientos que se registran en esa zona, zona conocida y reconocida por el gran número de escuelas privadas que ahí se ubican y que son las causantes de los enormes ríos de automóviles. He caminado por la zona que luce totalmente diferente a los días del cine Manacar y los arbolados camellones de río Mixcoac y Barranca del Muerto. La denuncia de la tala desmedida de añejos y frondosos árboles se hizo en su momento por vecinos de la zona, quienes emprendieron una fuerte lucha contra la deforestación. Obtuvieron la promesa de las autoridades capitalinas de que habría un entorno verde y ecológico. Veremos.
Como también veremos si el deprimido de tres niveles y diversas salidas y entradas servirá para descongestionar a buena parte de las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán y Álvaro Obregón, que amen de experimentar el incremento en la plusvalía de casas, condominios e inmuebles en general, deberá ser el ejemplo de la modernidad que exigen los habitantes de la ciudad. Un metrobus que deberá de correr a lo largo de toda la avenida Insurgentes sin obstáculos y bien fortalecido. Automovilistas que no frenaran sus marchas a lo largo de la arteria más importante de la capital con dificultades innecesarias, salvo aquellos que insisten en estacionarse en los primeros carriles de la avenida y obstaculizar el tránsito.
Los diversos túneles deberán agilizar la marcha automotriz que va de oriente a poniente y viceversa y que deberán circular bajo el suelo con diversas opciones para entroncar con la avenida José María Rico, Barranca del Muerto o el mismo Rió Mixcoac, cuyo cauce deberá llevar a los usuarios a los diversos destinos del circuito Interior. Confió así sea y los embudos no se presenten en otros sitios.
Hoy en día cualquier taponamiento sobre río Mixcoac, afecta seriamente la circulación vehicular de norte a sur y de oriente a poniente a lo largo de tres demarcaciones, que quedan prácticamente cercadas.
Habrá también que hacer ajustes en otras arterias no menos importantes, como es el caso de avenida Universidad que a la altura de río Mixcoac se convierte en un verdadero embudo por tres razones: una, bajo puente la gente que acude al hospital Adolfo López Mateos (del Issste) acostumbra estacionar sus autos en doble fila, al igual que los taxistas que recogen o suben pasaje, librando un solo carril; dos, se ubican por ahí diversas escuelas privadas de nivel primaria y secundaria y las filas que hacen los padres a la entrada y salida son interminables, caos que no han logrado resolver, y tres, hay un paradero de autobuses concesionados, justo a la salida del metro Viveros, cuyos choferes acostumbran dejar sus unidades en doble fila. Problema de incivilidad que las autoridades de movilidad y tránsito deberán resolver.
Pero el deprimido de Mancera no termina ahí, pues la superficie de la obra ha sido pensada para que los peatones y ciclistas caminen y pedaleen por ahí con seguridad y confort, en un entorno amable y dotado de todas las aceras y rampas necesarias para andantes y quienes utilizan sillas de ruedas. Por la complejidad de la obra y sus soluciones, así como las edificaciones que crecen en su entorno, no tengo duda que el administrador de la ciudad será juzgado y votado.
Como también será juzgado y votado por las acciones que emprenda contra el crimen organizado y la delincuencia común que dejan sentir su presencia de manera cruda en la capital. Ayer tan sólo, el diario Reforma daba cuenta en su primera plana de la existencia de no un cártel, sino de varios que se enfrentan violentamente por la conquista de la ciudad, que con sus diversos bares, restaurantes, hoteles e infinidad de antros, es un mercado muy apetecible para la venta y distribución de enervantes y cobros de piso.
Dice Reforma: “el crimen organizado acecha a los habitantes de la Ciudad de México. La PGR investiga al menos a 10 organizaciones con presencia en la capital y municipios conurbados del Edomex, según informes de inteligencia de la Marina y el Ejército. Estas bandas están dedicadas al narcomenudeo, el secuestro y la extorsión, entre otras actividades criminales”.
El mismo diario advierte que de acuerdo con su ejecutómetro, registro que llevan de los muertos y caídos en la narcoguerra, misma que Mancera asegura no ha llegado a la city: “de enero a julio de este año, hubo más de 330 narco ejecuciones en la capital del país y municipios conurbados”. Diversos personajes han desmentido al administrador capitalino, quien primero dijo que el operativo de la Marina para capturar al Ojos, fue acordada con dicha instancia armada. Luego la misma dependencia y algunos de sus efectivos participantes en la acción de Tláhuac destacaron que las autoridades policiácas y judiciales de la Ciudad de México “no fueron informadas por temor a filtraciones”. El mismo Mancera se encontraba en ciudad Juárez reglando patrullas, mientras abatían al Ojos, que hoy se sabemos era de alta peligrosidad.
Creo se resolverá el gran conflicto de movilidad en dicho punto de la ciudad, creo que el deprimido de Mixcoac le dará cierto respiro a Mancera, pero sus aspiraciones presidenciales parecen ahogarse ante el avance del crimen organizado y la delincuencia común. 2018, así, luce muy lejano. Las encuestas revelan que si las elecciones fueran hoy, Mancera y el devastado PRD quedarían en sexto lugar y perderían la capital de la república ante los morenos.
Se entiende la depresión pese a la entrega retrasada de tan esperada obra.