Visión financiera/Georgina Howard
Los sismos y la disputa por la city
A la par de la reconstrucción y rehabilitación de las diversas zonas devastadas por el pasado sismo del 19 de septiembre –y que mantiene aún en la calle a miles de damnificados–, la lucha por la administración de la ciudad de México, la capital del país, ha iniciado y desde los escombros los chilangos emergeremos para elegir al más o la más capaz de conducir los destinos de la megalópolis que concentra más del 20 por ciento de la economía nacional y es cede de los tres poderes.
A la fecha y con dificultades serias por el derrumbe ocurrido en la escuela Enrique Rébsamen, de la delegación Tlalpan, se encuentra a la cabeza de las intenciones del voto la delegada de dicha demarcación, la morenista Claudia Sheinbaum, empero las indagaciones, pero sobre todo los señalamientos mediáticos y en redes sociales la señalan de haber sido omisa ante la edificación de un piso más en dicho inmueble y que ocasionara la muerte de 19 infantes. Eso le ha restado simpatías. De no resolver acertadamente por la vía judicial, que no política, la situación señalada, se traducirá en el descenso de sus bonos y podría dar al traste a las aspiraciones de Morena de derrotar a los amarillos.
Quien se dice fuerte y mantiene una presencia constante, arropada por lo que queda de su partido, el eclipsado sol azteca, Movimiento Ciudadano y, sobre todo, por el niño azul, amo y señor del panismo y del auto calificado Frente Ciudadano, es Alejandra Barrales, quien desde la otra esquina se muestra acechante y confiada de que con el “puro esfuerzo de su trabajo desde los 17 años”, que le ha permitido amasar una fortuna como dirigente de gremios laborales y partidista, logrará su anhelado sueño. Sólo que su condominio en Miami, la casa en las Lomas y demás propiedades la han puesto en el ojo de la opinión pública y ello podría ser motivo de un cruel despertar. Pocos, más bien nadie, creen que se puede hacer de una fortuna con dicho esfuerzo emprendedor. La precepción de corrupción asoma y ofende.
Así que las damas en pos de la gubernatura de la gran ciudad del país, el ombligo humeante y movedizo el país, no las tienen todas consigo, y si bien su candidatura está garantizada, no así el triunfo que día a día se les pierde en el horizonte volcánico de la gran Tenochtitlán. El suelo lacustre e inestable puede hacer caer por tierra sus aspiraciones de poder.
Así, en suelos lacustres, donde las estructuras se colapsan por la cantidad de fallas, pero sobre todo por haber sido edificadas con malos materiales, violentando el uso del suelo y demás normas de construcción, con todo tipo de mañas y corruptelas entre autoridades delegacionales, capitalinas y constructoras e inmobiliarias, quien lleve el mando de la desastrosa ciudad, herencia de Miguel Ángel Mancera, deberá prometer y asegurar se cumpla con el nuevo reglamento de construcciones y mantener en control y bajo la lupa a las empresas encargadas de reedificar a la megalópolis. El aspirante, además, deberá de dotarla de seguridad y reconstruirla como la región más transparente.
En el mismo escenario quien podría dar la sorpresa es el partido en el poder federal. Sí, el mismo Partido de la Revolución Institucional con el hombre, pues no hay mujeres en su pasarela, que quede en la segunda mejor posición, luego de haber ungido al óptimo para conquistar la Silla del Águila. La designación, sin duda, será para quien también goce de una buena imagen y credibilidad entre los capitalinos. Alguien que pensemos es capaz de llevar adelante la reconstrucción, alejado de las tentaciones de las constructoras e inmobiliarias, que han seducido a morenos y amarillos desde tiempos del Bando 2 a la fecha con el boom inmobiliario.
En éste sentido Ricardo Monreal no se ha descartado de la contienda, tiene aún sus aspiraciones como independiente, como las tienen también los otros 40 registrados.
Dice Enrique Peña Nieto, encargado del Ejecutivo Federal, que no debemos echarle la culpa de todos nuestros males a la corrupción, tal vez en una especie de auto vacunación a los diversos hierros cometidos a lo largo de su administración.
Empero, en el caso de diversos edificios colapsados durante el pasado sismo, muchos de ellos se vinieron abajo no por lo gelatinoso de los suelos o por la sobre explotación de los mantos acuíferos que los han tornado en arenosos y fangosos. No, muchos de ellos se desplomaron porque en su edificación se violentaron diversas normas de construcción, por la corrupción imperante entre autoridades capitalinas y delegacionales en contubernio con constructoras e inmobiliarias. De eso no hay duda y deberá investigarse caso por caso y castigar a los culpables. Los ejemplos salen de poco a la luz y no habrá tregua en la ciudadanía que se organiza de a poco.
No confió en Mancera, me engañó como a muchos y le di mi voto, pero creo en la palabra de un universitario que pudo ser rector de la UNAM. El doctor Sergio Alcocer, quien fuera director del Instituto de Ingeniería de la citada casa de estudios y viera en su momento la fortaleza de los segundos pisos, construidos en el mandato capitalino de López Obrador.
Alcocer ha señalado que el Gobierno de la Ciudad de México incorporará dos normas técnicas al Reglamento de Construcciones de la capital: una, para que haya una revisión más estricta de los proyectos de complejos inmobiliarios, y la otra, para regular el procedimiento de rehabilitación de inmuebles que resultaron con daños graves tras el sismo del 19 de septiembre.
Alcocer es ahora miembro del comité asesor de seguridad estructural del gobierno Capitalino y se ha comprometido a que se adecuarán las ocho normas de dicho reglamento: tres relacionadas con el diseño estructural, cuatro que se refieren a materiales de construcción y una sobre cimentación.
La reforma a dicha norma, señaló recientemente, estará lista en dos semanas y se realizará junto con expertos de colegios de ingenieros y arquitectos, quienes negaron que tras el sismo del 7 septiembre se debió haber revisado escuelas, hospitales y torres de oficinas y de departamentos, como marca el artículo 71 del reglamento, ya que no fue un temblor intenso en la ciudad.
El también académico de la UNAM mencionó que se trabaja en un plan para reforzar la capacidad de resiliencia de la ciudad, el cual implica elaborar un programa para el reforzamiento de edificios en los próximos años.
Falta, pues, que el nuevo Reglamento se cumpla a cabalidad y que las constructoras no corrompan a las autoridades. Hoy sabemos que la corrupción no es sólo la causa de la mayoría de nuestros males, sino que también mata.