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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 13 de diciembre 2020.- Hablar de Gene Simmons es entonar como un himno al rock de todos los tiempos, Gene genio y figura de la legendaria y emblemática banda Kiss.
Difícil definir lo que significa asociar Kiss a la palabra “influencia”. Porque no sólo se remite a lo musical. Hay una influencia de cómo una banda de rock se transforma en parte de un movimiento adolescente, hay influencia en cómo una banda puede aprender a explotar una imagen, hay influencia en darle importancia a la espectacularidad de los conciertos, hay influencia en ser precursor del denominado “rock de estadio”, hay influencia en el movimiento del cómic y hasta influencia en el marketing que tan desarrollado tiene el rock, y cada banda en la actualidad. Todo lo anterior fue y es Kiss.
Gene es el líder indiscutible de Kiss. En fin, esto habla a las claras del tipo de personalidad y lo convierte en un líder nato por excelencia, con la frialdad casi tangencial y pedante que lo caracteriza. La personalidad emprendedora de Gene lleva a la cúspide los objetivos artísticos del grupo formado junto a Paul Lester.
Nacen los maquillajes, nacen personajes épicos. Allí se convierte en Gene Simmons, el Demonio, También define su papel de bajista, aunque siempre va a componer con sus guitarras acústicas que lleva de viaje. Su confianza es legendaria. No solo él y Paul Stanley mantuvieron viva a la banda a través de disputas con los compañeros originales Ace Frehley y Peter Criss, sino que el bajista ha sido el rostro del imperio de mercancías Kiss desde el principio.
En México tenemos a un verdadero fan que personifica a Simmons. Es un artista plástico y diseñador gráfico de profesión, ganador del concurso nacional de Diseño Numismático decretado por el Banco de México en el año 1999. Especialista en dibujo académico y realista. Músico de sesión, arreglista y guitarrista. Conocido en el ambiente como el “Demonio Mexicano”, por lograr el mejor parecido al auténtico Gene Simmons en México, en la opinión de miles de fans en nuestro país y Latinoamérica.
Su labor en sus inicios, fue hacer recorridos por las calles de la Ciudad de México y cualquier lugar donde pudiera convivir con la gente, ya sea en eventos temáticos de Kiss, también de manera altruista en hospitales, guarderías, asistiendo a eventos particulares como cumpleaños, fiestas de niños, escuelas, hasta bodas de fans de Kiss donde entrega a las novias a las puertas de la Iglesia, personificado del emblemático demonio de Kiss. Su nombre es Omar Jiménez.
Sin dejar de lado lo musical, fue el maquillaje lo que ayudó a distinguir a Kiss de la multitud. Esto les dio un sello, les ayudó a ganar atención y adeptos rápidamente. Reconociendo que años antes fueron David Bowie, Alice Cooper y la locura de Arthur Brown los que pintaron su cara, creando una estética que era parte de su mensaje, Kiss explotó con mayor pirotecnia este recurso, sirviendo de inspiración al corpse paint o máscaras de bandas posteriores como Slipknot, Marilyn Manson, Mercyful Fate, Misfits, Inmortal su maquillaje, el cual es portado por Omar Simmons (como se hace llamar nuestro personaje mexicano), y es ovacionado por la tribu Kiss Army México.
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