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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de septiembre de 2016.- Para asegurar que los menores conozcan los tipos de alucinógenos que los narcomenudistas utilizan para atraer a sus víctimas, tales como la marihuana y la cocaína, contenidas en cigarros, hot cakes, pastelillos, muffins, brownies, pizza e incluso en frutas, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina brindó a menores de edad y padres de familia, el taller Alertas contra las drogas. Recomendaciones, prevención y cómo denunciar el delito contra la salud.
La actividad estuvo a cargo de la especialista María del Carmen Hernández Cedeño, de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Narcomenudeo, en las instalaciones de Kidzania, sucursal Cuicuilco, la cual tuvo como objetivo crear una cultura de prevención, a través de recomendaciones para que identifiquen este flagelo y no tengan contacto con drogas como el tabaco, solventes y enervantes, entre otros.
La experta informó que la venta de estupefacientes afuera de las escuelas es un problema de salud que afecta a niñas y niños principalmente de entre ocho y 12 años de edad, por lo cual es necesario que los menores sepan que los individuos que venden esta mercancía suelen acercarse a ellos con un carácter muy amable y regalarles las sustancias en las presentaciones ya mencionadas; les dicen también que al consumirlas van a tener sensaciones diferentes, y de esta manera logran que los pequeños se vuelvan consumidores y paguen.
Hernández Cedeño advirtió que los narcomenudistas suelen ubicar a los posibles compradores en horarios de entrada o salida de las escuelas, ya que es ahí donde se ubican para identificar a estudiantes que llegan o se van solos, y de esta manera acercarse a ellos. Resaltó que la mayoría de estos individuos son jóvenes, a veces con apariencia de estudiante mayor y suelen ir a pie, a bordo de una motocicleta o automóvil.
La experta subrayó que la regla de oro es aprender a decir no a las drogas, tomar en serio la realidad y la información sobre éstas, así como reflexionar qué consecuencias genera el probarlas y la importancia de alejarse de personas que las consuman; para esto es importante la comunicación con la familia y los amigos.
En cuanto a medidas preventivas, María del Carmen Hernández Cedeño señaló que es imprescindible que en las escuelas se formen brigadas de padres de familia y maestros que vigilen las inmediaciones de dichos centros; revisar la comida que consumen los menores, cambiar rutas de llegada al colegio y cuando los alumnos se van solos a sus casas es recomendable que lo hagan en grupo.
La ponente destacó el trabajo de la PGJ capitalina a través de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Narcomenudeo, donde se pueden denunciar la comisión de ilícitos contra la salud, ya sea de manera directa o anónima.