Corrupción: un país de cínicos
Corrupción, Chihuahua y el PRI
La detención de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, brazo financiero del ex dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, precisa y acentúa la seriedad del caso de corrupción radicado en Chihuahua e impulsado por el gobierno panista de Javier Corral.
El diario Reforma dio a conocer el martes que el expediente de las acusaciones contra el ex gobernador de ese estado, César Duarte, contiene la declaración ministerial del ex secretario de Hacienda estatal, Jaime Herrera Corral, en la que el ex funcionario revela que la Secretaría de Hacienda federal avaló en el 2016 una triangulación de recursos públicos para que fueran a dar a las campañas estatales del PRI. De acuerdo con este periódico, Herrera declaró que el desvío asciende a más de 250 millones de pesos y que la operación se realizó mediante un acuerdo del CEN del PRI con la Secretaría de Hacienda, encabezada en ese momento por Luis Videgaray. En esas maniobras el representante del PRI, dirigido entonces por Beltrones, era Alejandro Gutiérrez, secretario adjunto del CEN.
Herrera relató que en las maniobras participó Alfonso Isaac Gamboa Lozano, titular de la Unidad de Política y Control Presupuestario de Hacienda, quien aprobó un convenio de “Fortalecimiento Financiero” para la trasferencia de 275 millones de pesos del presupuesto federal. “Alejandro Gutiérrez era el operador financiero del PRI. Me comentó que había un acuerdo con la Secretaría de Hacienda federal para que a través de tres estados, siendo estos Veracruz, Tamaulipas y Chihuahua, apoyaran con la operación electoral a nivel nacional del año 2016 para aquellos estados en donde no se tenían gobiernos priistas, y requerían recursos”, detalló Herrera. El dinero era sustraído del presupuesto público mediante compras y contratos simulados, que sólo existían en el papel.
La captura del colaborador de Beltrones fue ejecutada ayer por la Policía Federal y la policía de Chihuahua, según dijo vía las redes sociales el gobernador Javier Corral. Poco antes de la detención, o simultáneamente quizás, el precandidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, y el presidente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, habían tratado de desvincular a su partido del escándalo de corrupción que aflora en Chihuahua.
“Se han venido haciendo los deslindes, empezando por el que ayer hizo el propio gobernador Corral”, dijo Meade. Y Ochoa Reza reprodujo ante periodistas el video de las declaraciones que Javier Corral había hecho un día atrás, en las que el gobernador dijo que “no tenemos ningún elemento que nos permita confirmar esa participación y esa es una tarea del Ministerio Público”, en referencia a los nexos del caso con el PRI. No podía decir otra cosa Corral, y es obvio que sus palabras no son una exoneración, pero eso quisieron interpretar y hacer creer Meade y Ochoa Reza.
Es imposible pretender que los involucrados, el PRI y la Secretaría de Hacienda a cargo de Videgaray, estén libres de culpa en este caso, que por otra parte no es aislado ni novedoso. Tampoco resultará creíble que el ahora precandidato presidencial del PRI alegue desconocimiento de los hechos, pues él reemplazó el año pasado a Videgaray en la Secretaría de Hacienda.
Dada la trascendencia de estos hechos, ayer mismo el PAN interpuso en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) una demanda por estos desvíos de recursos. “Presentamos una denuncia por la información que fue dada a conocer hace unos días sobre el presunto desvío de recursos del gobierno federal hacia campañas políticas en el año 2016”, anunció Damián Zepeda, dirigente de ese partido. “No vamos a permitir que este sea el manejo que se dé en el año 2018 y hacemos hoy una denuncia ante la Fiscalía para que entre al fondo del asunto y haga una investigación profunda. Esta es la prueba de fuego del recién nombrado titular de la Fepade”.
En efecto, Héctor Díaz Santana, el recién designado titular de la Fepade, tendrá en esta investigación su primer gran desafío y la primera oportunidad para mostrar su independencia e imparcialidad. No se ve cómo puedan los presuntos implicados evadir su responsabilidad, si la investigación que realice la Fepade es profesional e independiente. En otros países, sin embargo, un escándalo como el de Chihuahua derribaría a cualquier candidato y arrojaría del poder a cualquier partido. Ya veremos qué sucede aquí.
Adiós al 2017
Es indiscutible que este año fue peor que el 2016, pero no por eso debe perderse la esperanza en el 2018, aunque se asome ya complicado. Con esa expectativa y los mejores augurios para los lectores, esta columna anuncia que se tomará un receso y regresará en enero.
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