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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de noviembre de 2016.- Una gran herradura de flores enmarca la entrada a la última morada de miles de seres que ya no están en este mundo y que ahora regresan para estar de nuevo entre los vivos, aunque sea por unas horas para disfrutar de la fiesta, la comida y la alegría que paradójicamente trae consigo la celebración de Día de Muertos.
Es el Panteón Civil de Dolores, el más grande de América Latina con 240 hectáreas y donde este 1 de noviembre se ha convertido en el marco de un gran festival de Día de Muertos, donde la celebración y nostalgia van de la mano acompañando a los dolientes que vienen al reencuentro con sus seres queridos.
Así es como la delegación Miguel Hidalgo busca rescatar y resaltar la tradición del Día de Muertos, a través de la música, obras de teatro, bailables, gastronomía y talleres, todo en el mismo lugar, el Panteón de Dolores.
“Lo que buscamos es resaltar la tradición de Día de Muertos, es lo que se ha venido haciendo pero ahora queremos darle un giro porque también tenemos tecnología, te tomas una imagen y se sube a redes sociales, a final de cuentas esto es algo que hay que compartir y que hay que presumir”, dijo en entrevista exclusiva para Quadratín México, Gabriela Salido Magos, directora Ejecutiva de Desarrollo Social de la delegación Miguel Hidalgo.
Aseguró que debido a la importancia y valor histórico del Panteón de Dolores, cada año se realiza algo diferente en estas fechas, pero destacó que ahora se quiso dar una imagen diferente del festival, el cual se realiza hoy en este recinto y este día 2 será en el Parque Lincoln; asimismo se congratuló de la respuesta de la gente.
“La respuesta de la gente es positiva, trata de combinar trata de combinar mucho de nuestra tradición, muy mexicano de reírnos un poco de la muerte y nuestro paso a la otra vida, tratando de hacer un evento integrador de la comunidad”, añadió.
Se espera que el festival termine a las 7 de la noche, habrá una procesión por el panteón donde se contará la historia de algunos de los emblemáticos lugares que la integran, así como cuenta cuentos y leyendas, danzas populares con el ballet de Amalia Hernández y obras de teatro, todo para pasar un día inolvidable.
Así es como la gente sigue llegando al panteón de Dolores, cargando flores, cubetas, escobas y palas, y llevando también al hombro un costal lleno de recuerdos, de nostalgia pero también de alegría porque en la creencia popular, en el imaginario recurrente o en la necesidad esperan en reencuentro de quienes fueron parte de sus vidas.