Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de octubre de 2018.- Al concluir el rezo del Ángelus este domingo y en el marco de la fiesta de la Virgen del Rosario que se celebra este domingo, el Papa Francisco reiteró su pedido a todos los católicos del mundo para rezar el Rosario en octubre y a San Miguel para rechazar los ataques del diablo contra la Iglesia.
“Renuevo la invitación a todos a rezar el Rosario todos los días del mes de octubre, concluyendo con la antífona ‘Bajo tu amparo’ y la oración a San Miguel Arcángel, para rechazar los ataques del diablo que quiere dividir a la Iglesia”, dijo el Santo Padre, según detalla la Agencia Católica de Informaciones.
“Hoy, fiesta de la Virgen del Rosario, dirijo un especial saludo a los fieles reunidos en el Santuario de Pompeya para la tradicional súplica, presidida en esta ocasión por el cardenal Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria”, señaló.
El pasado 29 de septiembre el Papa Francisco pidió a los fieles de todo el mundo rezar el Rosario y a San Miguel para rechazar los ataques del diablo contra la Iglesia en estos tiempos de crisis.
En esa oportunidad, el Papa animó a rezar la oración mariana Sub Tuum Praesidium, que es la siguiente: “Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!”.
Celebra Iglesia a la Virgen del Rosario
El 7 de octubre se celebra a la Virgen del Rosario, advocación que hace referencia al rezo del Santo Rosario que la propia Madre de Dios pidió que se difundiera para obtener abundantes gracias.
En el año 1208 la Virgen María se le apareció a Santo Domingo y le enseñó a rezar el Rosario para que lo propagara. El santo así lo hizo y su difusión fue tal que las tropas cristianas, antes de la Batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), rezaron el Santo Rosario y salieron victoriosas.
El Papa San Pío V en agradecimiento a la Virgen, instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias para el primer domingo de octubre y añadió el título de “Auxilio de los Cristianos” a las letanías de la Madre de Dios.
Más adelante, el Papa Gregorio XIII cambió el nombre de la Fiesta al de Nuestra Señora del Rosario y Clemente XI extendió la festividad a toda la Iglesia de occidente. Posteriormente San Pío X la fijó para el 7 de octubre y afirmó: “Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”.
Rosario significa “corona de rosas y, tal como lo definió el propio San Pío V, “es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor».
San Juan Pablo II, quien añadió los misterios luminosos al rezo del Santo Rosario, escribió en su Carta Apostólica “Rosarium Virginis Mariae” que este rezo mariano “en su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad”.