
Teléfono rojo
Agonizan plurinominales
El formato que ahora conocemos para designar diputados y senadores plurinominales
o de representación proporcional está viviendo sus últimas semanas y meses. Estará
muerto para las elecciones de 2027. Es firme la decisión del grupo mayoritario de
acabar con ese esquema, desgastado a lo largo de casi 50 años.
Con el paso del tiempo se desvirtuó la esencia de los plurinominales que nacieron en
1977 durante el sexenio de José López Portillo, con el impulso de Jesús Reyes
Heroles desde la Secretaría de Gobernación.
La idea era asegurar la presencia de las minorías o la oposición en el poder
legislativo, garantizar la pluralidad del sistema mexicano. López Portillo fue el último
candidato a la presidencia de la República que compitió sólo, así que un voto le
hubiera bastado para ganar la elección.
Era raquítica la fuerza de la oposición, no le alcanzaba para ganar elecciones
distritales o estatales, mucho menos la presidencia. No le quedó más remedio que
aceptar el regalo del partido en el poder.
A partir de entonces mejoró la presencia opositora en las cámaras de Diputados. Los
plurinominales senadores llegaron años después (reforma electoral de1993), junto con
lo que se llamó primera minoría.
Los partidos se esmeraron en postular para esos espacios a sus mejores cuadros, a
los más preparados, ideólogos, académicos, intelectuales y juristas. Personajes de
primera.
El mecanismo entró en descomposición cuando dirigentes partidistas metieron a sus
cuates, a sus amigos, sin importar si estaban preparados o si conocían lo que era el
poder legislativo.
Se llegó al colmo, en la elección de 2024. Tanto el líder del PRI (Alejandro Moreno)
como el del PAN (Marko Cortés), se inscribieron en el primer lugar de sus respectivas
listas, para asegurar el escaño. Senadores sin hacer campaña, sin tener contacto con
la gente. Por “autodedazo”.
De cualquier manera, como diría el clásico, “haiga sido como haiga sido”, persiste la
pluralidad legislativa. Se escucha a las minorías que también forman parte de la
sociedad.
Esa pluralidad, por lo que ha trascendido de quienes trabajan en la elaboración del
proyecto de nueva reforma electoral, se va a mantener, pero ya no a través de la vía
plurinominal como la conocemos.
Viene el cambio.
Los que se acostumbraron a no hacer campaña (los líderes partidistas, sobre todo),
tendrán que hacerla a partir de las próximas elecciones, si quieren preservar su
carrera parlamentaria.
La misma presidenta Claudia Sheinbaum ha dado pistas claras hacia donde se
encamina el tema de la representación de las minorías.
Para nada ha dicho que vayan a desaparecer.
Ha anticipado que le parece correcto el esquema que ya funciona para ser parte del
senado, la llamada primera minoría.
¿Y qué es la primera minoría?
Los que no ganan la elección y quedan en segundo lugar, también tienen derecho a
un escaño.
Es lo que también se haría en la integración de la Cámara de Diputados. Quienes
quedaran en segundo lugar, lograrían su curul.
Falta ver si se reducen o no el número de diputados y senadores. En la actualidad la
Cámara de Diputados se compone de 300 legisladores de mayoría relativa y 200 que
llegan por la vía plurinominal.
En el Senado, 64 son de mayoría relativa, 32 de primera minoría y 32 de
representación proporcional, para un total de 128.
Habrá que esperar hasta el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso, que
arranca en septiembre, para conocer el alcance de la nueva reforma, que tendrá como
objetivo central reducir el gasto electoral, terminar con el derroche que realizan los
partidos en cada elección.
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