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MONTEVIDEO, 18 de agosto (Quadratín México).- El Parlamento de Uruguay prevé votar a más tardar en diciembre próximo la propuesta de ley de legalización de la mariguana, que ha provocado un debate internacional, pero el cual podría dar pie a que otras naciones latinoamericanas consideren la medida, revelaron hoy fuentes legislativas.
La iniciativa, presentada por el presidente uruguayo José Mujica, ingresó al máximo órgano legislativo la semana pasada y será debatida primero en comisiones que citarán a representantes de la sociedad civil para que emitan su opinión.
Después, el proyecto de ley será enviado para su discusión en la Cámara de Representantes y de ser aprobado se remitirá para su ratificación o rechazo al Senado.
Aunque el oficialista Frente Amplio (FA) cuenta con mayoría en ambos órganos legislativos, la iniciativa no tiene garantizada su aprobación porque ya algunos diputados y senadores de este bloque han anticipado su negativa.
El FA ocupa 16 de los 30 escaños en el Senado, y 50 de las 99 curules en la Cámara de Representantes, pero el propio presidente sabe que tendrá que convencer a los militantes de su partido de la conveniencia de su propuesta. Así lo reconoció el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada, quien aseguró que “no se espera una votación a tapa cerrada, la iniciativa puede ser mejorable” incluso por legisladores de la oposición.
El consumo de mariguana para uso personal es legal en Uruguay, pero lo que ahora pretende el gobierno es estatizar la producción y venta, con lo que este país sentaría un precedente inédito a nivel mundial.
El documento oficial enviado al Congreso por presidente indica que “el Estado asumirá el control y la regulación de las actividades de importación, producción y adquisición a cualquier título” de la mariguana.
También se hará cargo del “almacenamiento, comercialización y distribución de mariguana y sus derivados”, e incluso será responsable de su producción. Además, controlará la venta de la droga y creará un registro de consumidores, incluyendo a los adictos crónicos, quienes serán incorporados a un sistema especial de tratamiento médico.
Mujica aclaró que el objetivo es quitarle poder a los narcotraficantes, lograr que los adictos al paco (la basura de la cocaína) consuman “drogas más blandas” y combatir la inseguridad. La iniciativa desató uno de los debates más importantes en la historia de Uruguay; muchos se niegan a que su país sea el primero del mundo en controlar el consumo y venta de drogas.
Legisladores de Brasil y Argentina incluso contemplan despenalizar la cocaína y la heroína para que la policía se enfoque en los traficantes y no en los drogadictos
En Guatemala, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, considera legalizar y regular no sólo el uso de drogas sino también su transporte, en tanto que líderes en Colombia, México y Belice se pronuncian por abrir el debate para relajar las leyes contra las drogas.
El enfoque de Uruguay sentaría un precedente debido a que ningún Estado ha contemplado crear un monopolio que administre las sustancias prohibidas, lo que contravendría la Convención sobre narcóticos de Naciones Unidas (ONU).