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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de agosto de 2020.- Desde el sismo de septiembre de 2017, las afectaciones en la Parroquia Santa Veracruz, ubicada frente a la Alameda Central, no han cesado.
Este domingo, los polines que servían para apuntalar la estructura dañada durante el sismo de 2017 se quemaron casi en su totalidad, derivado de al menos dos incendios en diferentes momentos.
El primer conato de incendio ocurrió en una de las torres del campanario a las 6:30 horas de este domingo y fue extinguido por el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México a las 6:58 horas, con el reporte de un vulcano lesionado, Israel Coronel Flores, quien fue atendido por paramédicos de la Cruz Roja por una contusión en brazo izquierdo al caerle una estructura metálica durante las maniobras del combate al incendio.
Más tarde, a las 15:45 horas, se quemó la mayor parte de los polines que servían para apuntalar la estructura, por tal motivo la SGIRPC, a cargo de la arquitecta Miriam Ursúa, determinó la colocación de un tapial de manera preventiva, para evitar el riesgo de los transeúntes.
En ambas emergencias elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SCC) arribaron al templo −ubicado en calle 2 de Abril esquina Hidalgo, colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc− para coadyuvar en trabajos de seguridad pública y de resguardo, acordonando la zona para las maniobras.
El viernes 28 de agosto, la Arquidiócesis de México informó que el pasado fin de semana, al interior de la Parroquia Santa Veracruz, se registraron diversos destrozos provocados por personas en situación de calle de la zona, quienes durante tres días seguidos fueron expulsados del recinto, sin que hasta el momento la autoridad haya podido determinar por dónde estuvieron ingresando.
Al respecto, el padre Salvador Barba, Enlace de la Arquidiócesis de México con las autoridades de Cultura, señaló que probablemente ya llevaban tiempo metiéndose a la Parroquia Santa Veracruz –cerrada por los daños del Sismo del 2017– que no ha podido ser intervenida.
“Por tal razón -señala-, llegaron patrullas y personal de Protección Civil para sacar a estas personas que estaban en estado de intoxicación. No robaron nada. Eso sí, anduvieron por todos lados”.
Al día siguiente -refiere el padre Barba-, cuando acudió el párroco, se dio cuenta de que uno de esos hombres se había quedado ahí. “Éste corrió a esconderse a un baño, le estuvieron pidiendo que saliera, y finalmente lo hizo y lo dejaron ir. Pero otra vez los indigentes se metieron la noche del lunes, y entonces sí causaron algunos destrozos”, refiere el texto.
Desde la primera alerta se estableció coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con autoridades eclesiásticas y con representantes de la alcaldía Cuauhtémoc debido al valor patrimonial y cultural de la iglesia, ya que además de ser una iglesia con varios siglos de historia, resguarda los restos inhumados del arquitecto Manuel Tolsá, fallecido en 1816, y del destacado insurgente Ignacio López Rayón.