Deja 32 heridos volcadura de camión de pasajeros en la México-Cuernavaca
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de septiembre de 2017.- Nelly Santeliz apenas pasó del sismo del 19 de septiembre y luego de saber que sus hijos estaban bien, tomó sus cazuelas y unas mesas de plástico y junto con unos amigos salió en caravana rumbo a Xochimilco, dispuesta a ayudar.
Vecina del Cerro de la Estrella en Iztapalapa, no pudo llegar a la delegación rural, pero su destino estaba en Tlalpan y Tasqueña, en el edificio multifamiliar que se derrumbó en Ciudad Jardín, donde llegó a Avenida del Parque y Tlalpan e instaló las mesas y en las cazuelas preparó atún que ella y sus amigos compraron, para distribuir entre los voluntarios que ahí se volcaron a ayudar y apoyar y a ofrecerse en el rescate de personas y en la remoción de escombros.
Su plan era solo estar ese martes 19, pero como fue de las primeras en llegar pronto pasó a ser la encargada de ese espacio del cual se alimentaron centenares de voluntarios, rescatistas, brigadistas, policías y hasta curiosos.
Comenzaron a llegarle comidas preparadas, comida enlatada y ella que estudió para chef supo darle orden a esa especie de cocina donde quienes llegaban podían tomarse un café acompañado de un pan de dulce, tortillas, frijoles y hasta tamales que recibió.
Las jornadas se volvieron tan demandantes para ella que en el sismo del 23 de septiembre a las 07:53 horas ni siquiera escuchó la alerta sísmica, ya que se durmió de 5 a 8, fue necesario que alguien la despertara para que se enterara que el terror había vuelto a la ciudad, aunque el movimiento telúrico fuera apenas perceptible.
Ya no pensaba ir a Tlalpan el lunes 25 de septiembre, pero no pudo evitar hacerlo, dijo a Quadratín con una sonrisa tímida.
Reconoció que ella no se especializa en comida salada, pues le gusta más la repostería, pero ahora ha aprendido tanto que ya analiza instalar su propio restaurante, expresó con determinación.
Su plan ahora es quedarse hasta el sábado 30, ahora que la actividad ha visto un descenso. Conmovida, recordó la enorme solidaridad. Se nota que las personas que la visitan les brillan los ojos con su comida. Escandalizada, compartió que una señora mientras comía le sugirió cobrar la comida.
«¿Cómo cree?», fue su respuesta.