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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de diciembre de 2020.- A un año de la detección en el mundo del virus SARS-CoV 2, con seguridad se pude afirmar que la pandemia pasará a la historia por el número de defunciones que dejó a su paso y el impacto en las economías de las naciones, pero también el coronavirus tendrá un referente de situaciones absurdas y bizarras que reflejan como los ciudadanos y gobiernos lidiaron la crisis sanitaria.
Julio Patán (JP) y Alejandro Rosas (AR) captaron 72 historias que relatan situaciones sórdidas, absurdas y maliciosas que se han acumulado durante la propagación del virus en distintos países. Este primer recuento lo consignan en Pandemia Bizarra, la cuarentena que no quieres recordar, editado por Planeta.
“La idea es que en cierto momento nos podamos reír de ciertas cosas muy raras que hemos visto a lo largo de este año, no es solo un asunto de que la pandemia por sí sola es rara, también ha sido dolorosa, larga y extenuante, en la cual todos hemos perdido algo.
“Al momento de lanzarnos a realizar el libro con la idea de lo bizarro, es tratarnos de reír un poco dentro del contexto que tiene de absurda la pandemia. Rescatamos 72 historias que tienen humor negro e ironía, no nos burlamos de la muerte ni lo que está sucediendo con el dolor de las sociedades, pero sí de la manera en cómo los Gobiernos la han regado o le han apostado más al pensamiento mágico que a la medicina o a la ciencia. Por ejemplo, vemos como la sociedad pareciera que se rebela contra una dictadura, pero en realidad lo hace contra un pedazo de tela que es el pinche cubrebocas”, recala Alejandro Rosas en entrevista con Quadratín México.
Enlazados vía telefónica desde distintos lugares, Patán y Rosas comparten los pormenores de su tercer trabajo relacionado con la serie México Bizarro, en esta ocasión dedicado a la pandemia y al rosario de historias, las cuales aunque parecieran inverosímiles son tan reales como el uso de cubrebocas para ayudar a reducir contagios.
Los monos que atacaron a un empleado en Nueva Delhi para apoderarse de muestras de Covid 19; el copeo de cloro que sugirió Donald Trump como una cura a la pandemia; las vírgenes que volaron en municipios de Querétaro y Guanajuato en el helicóptero identificado como el Constituyente, por aquello del estado laico, son algunos de los relatos del libro que está llamado a ser un almanaque de la pandemia, en el cual, aunque se nutre de historias de todo el mundo, México aporta la fuerza moral con muchas situaciones extravagantes como el hipotético caso de un menor nombrado Gatell Covid Chávez Lizarraga.
«La idea es divertirse un poco con esta pesadilla, no está mal tratar de regalarnos momentos más leves. Cuando leímos el libro ya terminado, antes de irse a la imprenta, te das cuenta de que es como una especie de bitácora de esta locura de pandemia. No sé si tenga ese valor testimonial en el futuro, aunque espero que así sea.
“Se escribió muy a bote pronto, nuestros editores marcaron un calendario de entregas muy estricto, que Alejandro y yo incumplimos sistemáticamente, pero de todas manera redactamos muy rápido porque sabíamos que tenía que ser un libro un poco de crónica de la inmediatez. Es por esto que el libro al salir en noviembre trata de temas bastante actualizados”, puntualiza Julio Patán.
¿Se suscitaron rápidamente situaciones bizarras que les ayudaron a escribir?
-AR: Hemos visto desde la historia de los changos que robaron muestras de Covid 19, historias tan absurdas como la persecución de un hombre lobo o el grito de la llorona para evitar que la gente saliera en algunos lugares del país, las vírgenes volando en helicóptero y desde luego todo lo bizarro que ha sido este Gobierno, porque cada quien ha hecho lo que quiere, como la recomendación del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa de consumir mole y un caldito bien picoso y caliente del para evitar el contagio de coronavirus, hasta las nano partículas de cítricos de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien prefiere eso al uso de cubrebocas o la preocupación del Gobierno por la rifa del avión presidencial y la persecución del penacho de Moctezuma mientras en México se está muriendo la gente.
¿Cuál consideran que es la situación más bizarra que recogen de la pandemia en México?
-JP: Depende del día en que me lo preguntes, es como siempre respondo, porque uno cambia mucho de opinión. Pero las mayores salidas de tono, por las implicaciones que tiene, son por supuesto las protagonizadas por los políticos; Barbosa quien dice que se trata de una enfermedad que nada más les da a los fifís y a los pobres no; el Presidente negándose a usar cubrebocas y sacando detentes; el zar de la pandemia, Hugo López-Gattel diciendo que el Presidente es una fuerza moral cuando se supone que son los responsables de organizarnos y salvarnos en última instancia.
-AR: A mí las historias que me encantan son las fantásticas como la de la araña caníbal del Ártico, los meteoritos que pasan cerca y uno cae en Monterrey y las versiones de que la gente vende los pedazos en un millón de pesos.
Están también la historia de los hombres lobo y polilla junto a la llorona en Delicias, Chihuahua; la declasificación de videos de ovnis tomados por la Nasa y el Pentágono. Todo podría apuntar a hay un Apocalipsis que se avecina y entonces surgen los consejeros médicos de López Obrador que dijeron que el genoma mexicano nos iba a fortalecer y defender cuando al mismo tiempo ya se tenía el registro de 30 mil compatriotas muertos.
-¿Creen que volveremos a tener la vida de antes? ¿Será distinto el 2021?
-JP: La verdad no creo que las cosas cambien pronto. Hay hábitos que adquirimos y no van a cambiar. La forma en que nos relacionamos físicamente –no me refiero al sexo– sino la manara en la cual nos saludamos y nos acercamos unos a otros, probablemente cambie.
Si tú ves una película en la que alguien llega a un restaurante y saluda de beso, abrazo y de mano a todo mundo ya nos parece raro, de inmediato, dices ¡ay cabrón, que raro qué pasó con la sana distancia! Puede ser que eso cambie.
También podría transformarse, aunque no del todo, la forma en cómo trabajamos. Espero que entendamos que podemos laborar de lejos en algunos casos, aunque no soy un optimista de ello y eso lo digo en el libro. Definitivamente la forma en la que viajamos por mucho tiempo estará muy trastocada.
Si consideramos que las vacunas se comenzaron a distribuir ya en el Reino Unido, tenemos que estimar que se estarán suministrando una cantidad de inmunizaciones que no alcanzará al uno por ciento de la población, porque calcula que se debería ser necesario aplicar la vacuna a cinco mil quinientos millones de personas en el mundo. Entonces si tomas en cuenta esto y lo trasladas a países como México, mal administrados y empobrecidos, para que tengan vacunas con rapidez, cuando todos los lotes los compraron los ricos, entonces es demasiado optimista pensar que esto va a cambiar rápido.
-AR-Yo creo que seguiremos siendo la misma humanidad mezquina, ingenua, indisciplinada de siempre. Qué bueno que al menos hay una expectativa de que cambiaremos de número de año, ya no será el 2020 sino el 2021, pero del 31 de diciembre al primero de enero no va a pasar nada como para augurar que vienen cosas mejores. Advierto que nos llevaremos un año más, eso si consideramos que funcionen bien las vacunas.