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BRUSELAS, 23 de marzo, (Quadratín México).- El fiasco del plan pactado para salvar a Chipre de la bancarrota puso en duda la determinación de la Unión Europea (UE) para proteger a sus ciudadanos de los problemas de los bancos y amenaza con desestabilizar a la zona del euro, opinan analistas.
Al aceptar gravar los depósitos inferiores a 100 mil euros como parte del acuerdo para recapitalizar sus bancos la isla mediterránea, que responde por tan sólo un 0.2 por ciento del producto interior (PIB) de la zona del euro, ha vuelto a sumergir la UE en el caos.
Aunque la medida fue rápidamente rechazada por el parlamento chipriota y todos los implicados en su negociación volvieron atrás, la facilidad con que la zona del euro se dispuso a infringir la norma que garantiza los pequeños ahorros a nivel europeo no pasó desapercibida entre la población de los demás países en crisis.
“El daño en la confianza en el proceso de decisión de la zona del euro ya estaba hecho”, acredita Robert Cox, experto del centro de estudios Friends of Europe, con sede en Bruselas.
John Bruton, antiguo primer ministro de Irlanda y analista del Centro para Estudios de la Política Europea (CEPS), señala que la idea de la quita “pone en cuestión la integridad de las garantías de depósito de manera general”.
“Eso) no es una buena idea en un período en el que estamos tratando de restaurar la confianza en los bancos y reconstruir sus bases de capital”, advierte.
“Seguramente eso significará que, cuando la próxima crisis surja, quizás, inevitablemente en España, Italia o no importa donde, la gente se apresurará a retirar sus ahorros de los bancos”, sostiene Julian Lindley-French, director de Europa Analytica.
“Y son retiradas masivas de ese tipo que matan las divisas”, aclaró Lindley-French.
Para Nicolas Véron, analista del grupo de estudios Bruegel, el mayor desafío de Chipre ahora es “restaurar un nivel mínimo de confianza en el sistema bancario, sin el cual la economía no puede operar”.
El gobierno de Chipre ha recibido un ultimátum del Banco Central Europeo (BCE) para llegar a un nuevo acuerdo sobre su rescate hasta la próxima semana.
Sin embargo, las dudas al respecto permanecen y muchos argumentan que no hay alternativa a la quita sobre los depósitos, excepto la bancarrota y la consecuente salida de Chipre de la zona del euro.
“Me parece difícil imaginar cómo evitar el arriesgado escenario de una salida de Chipre (de la unión monetaria) sin más compromisos fiscales de parte de sus socios de la zona del euro, incluyendo Alemania”, afirma Véron.
A su juicio, la única alternativa sería optar por “más transferencias directas para Chipre para cerrar el hueco fiscal o alguna forma de garantía de depósitos a nivel europeo”, dos ideas que no agradan a Alemania, especialmente en año de elecciones.
Mientras tanto, el presidente chipriota Nicos Anastasiades, y los dirigentes de los principales partidos de la isla se preparan para viajar a Bruselas para analizar con el Eurogrupo, las medidas destinadas a conjurar la bancarrota.
La delegación partirá al mediodía de este sábado y volverá a Chipre a la última hora del sábado o el domingo, un día antes de la fecha límite para adoptar las medidas encaminadas a recaudar cinco mil 800 milones de dólares (7.5 mil millones de dólares).
En un intento desesperado para asegurar el rescate financiero de la Troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) por 10 mil millones de euros (13 mil millones de dólares), la Cámara de Representantes chipriota aprobó un plan de emergencia.
Este paquete de medidas prevé la reestructuración del sector bancario, comenzando con el más problemático de todos, el Banco Popular, el segundo mayor del país, reportó la agencia chipriota de noticias CNA.
La creación de un fondo de solidaridad: la nacionalización de los fondos de pensiones y otros activos estatales y la aprobación de los controles de capital para evitar grandes retiros de fondos de Chipre.
El ministro chipriota de Finanzas, Mijailis Sarris, quien se encuentra en Bruselas señaló este sábado que el impuesto a los depósitos bancarios está contemplado en el paquete que Nicosia quiere presentar al Eurogrupo (los ministros de Economía y Finanzas de los Estados de la Unión cuya moneda es el euro).
Sarris confirmó al canal de televisión griego Mega que se está hablando de un impuesto de hasta el 25 por ciento para los depósitos superiores a los 100 mil euros en el Cyprus Bank, el banco que ha quedado fuera de la reestructuración aprobada anoche por el Parlamento.
La oposición parlamentaria a imponer un impuesto extraordinario a todos los depósitos (incluidos los de los pequeños ahorradores) fue precisamente lo que echó por tierra el primer plan de rescate aceptado por Bruselas
el domingo pasado.
El Eurogrupo ha convocado para mañana domingo una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas, lo que ha llevado a suspender la cumbre Unión Europea-Japón.
La directora del FMI Christine Lagarde ya ha confirmado su asistencia e incluso, según varios medios, podría darse una Eurocumbre paralela.
Sin embargo, los diputados chipriotas no han adoptado la más polémica de las medidas, que es un plan para imponer un impuesto sobre los depósitos bancarios, necesario para la recaudación que exige Bruselas.
El plan para recaudar cinco mil 800 millones de euros que la eurozona le exige a cambio del crédito por 10 mil millones de euros que garantizará la supervivencia de Chipre dentro de la zona Euro no ha sido bien visto por Alemania.
Si Chipre no alcanza un acuerdo en Bruselas, el próximo martes podría retirarse la financiación a los bancos chipriotas, provocando una segura bancarrota y una posible salida de isla mediterránea del euro.
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