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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de noviembre de 2016.- El presidente Enrique Peña Nieto está arrinconado, débil y se ha derrumbado, pese a que le faltan aún dos años de gobierno, considera el periodista Martín Moreno, autor del libro El derrumbe, retrato de un México fallido.
Entrevistado por Quadratín México a propósito de la obra de reciente aparición editada por Aguilar, el conductor radiofónico en 98.5 de FM va más lejos y dice que a dos tercios de su administración, el ex mandatario del estado de México ni siquiera incidirá en la elección mexiquense.
“Qué puede hacer, no tiene margen, tiene una debilidad política muy marcada, ya nadie le cree, es un presidente arrinconado que se ha derrumbado. ¿Qué puede hacer Peña? A Luis Videgaray lo sacó por lo de Donald Trump, no por malos resultados económicos que son cuestionables. ¿Qué puede hacer el presidente? Ya no tiene la fuerza. Bueno ya no tiene fuerza siquiera para imponer al candidato en el estado de México, esa fuerza la tiene más Eruviel Ávila que Peña. En los discursos en el estado de México ya no mencionan a Peña, entonces ya está nadando de a muertito y lo que quiere es llegar a la orilla y decir ‘ahí les dejó el desastre que les hice’, dice en su conocido estilo irónico.
Explica que el gobierno del hombre que encabezó el regreso del PRI a Los Pinos, quedó marcado por la corrupción y por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
El autor recupera en su libro el caso de las propiedades del presidente Enrique Peña Nieto, y cuestiona que en su declaración patrimonial haya puesto que adquirió su primera casa cuando tenía 16 años, o que siendo hijo de un electricista y una maestra haya heredado en vida dos millones de pesos de parte de sus padres.
También ofrece información sobre dos de los personajes más cercanos al presidente, Alfredo Castillo, a quien califica de ser su fontanero y además de permitir que sicarios se convirtieran en guardias rurales en Michoacán, y Luis Videgaray, cuya política económica fue un fracaso para el país, según expertos consultados.
Asimismo, Martín Moreno recupera en su libro testimonios sobre el caso Ayotzinapa, y se pregunta por qué la pista de Huitzuco –egión dominada por el ex gobernador priísta Rubén Figueroa, y a donde presumiblemente llevaron a los normalistas– fue soslayada por las autoridades.
“La intención es que quien lo lea esté mejor informado, hay más de 30 entrevistas y testimonios que reflejan la situación económica, petrolera, hacendaria, de seguridad, eso da un panorama amplio, con opiniones respetables y todos coinciden que es un gobierno que se ha derrumbado. Que la gente diga ‘este libro me ha servido para conocer mejor a mi país’ y si el libro aporta a eso y a retratar mejor al tipo de gobierno que esta desde el 2012, me doy por bien servido”, expresa el también autor de Paulette, lo que no se dijo.
La soberbia causó el derrumbe de Peña
– ¿Cuál es su balance, pensaba que así sería el sexenio, con corrupción, escándalos, cambios de gabinete, peleas del gobierno con los partidos de oposición?
– No tengo una bola de cristal pero sí tengo una bola de información de que se vendría un momento de quiebre en el gobierno de Peña, porque el priísmo mexiquense es un priísmo muy oscuro, opaco, nocivo, los Hank, Arturo Montiel, los Del Mazo. Un priísmo al que no le gusta la libertad de expresión, partidario del enriquecimiento. Empecé a trabajarlo sin una certeza al 100 por ciento pero con gran posibilidad de que hubiera un punto de quiebre porque fue un gobierno que empezó a dar tumbos muy pronto.
“El asunto de la Casa Blanca fue un mazazo en la nuca a Peña no se le levantó ni se va a levantar. Ayotzinapa fue mal investigado, manipulado, se dio el enriquecimiento de Luis Videgaray, los viajes de oropel de la primera dama, la economía que no crece, la inseguridad con 100 mil muertos, con este número vamos a llegar más que al final de sexenio de Calderón. Eso fue aderezando el derrumbe de un gobierno que empezó con altísimas expectativas, el Pacto por México fue un acierto, una jugada astuta pero la propia soberbia del equipo gobernante de Peña fue causando ese derrumbe.
– Presenta documentos y expedientes, ¿qué tanto le costó hacerlo, tuvo alguna presión?
– En el caso de Ayotzinapa entrevisté fuentes olvidadas, hubo funcionarios que estuvieron esa noche en Iguala y nadie les hizo caso, de ahí saque información, algunos identificados otros no a petición de ellos. Tuve lectura no de todo pero una gran parte del expediente de Ayotzinapa.
– ¿Con la captura de Felipe Flores se abre la puerta para el esclarecimiento de caso Iguala? Porque menciona que prácticamente solo estuvo ahí, sin mucho que ver.
– Estaba rebasadón, francamente no creo (que aporte). Sí es una pieza importante pero cada que agarran a uno de Ayotzinapa dicen ‘cae el funcionario clave de Ayotzinapa y así nos lo han vendido desde hace dos años, puede aportar, ojalá para saber dos cosas: dónde quedaron enterrados realmente los 43 de Ayotzinapa y la saña que no me deja de sorprender con la que fueron asesinados, ojalá contribuya, pero lo dudo, esa noche no salió de Iguala, dudo que con él se solucione el caso Iguala.
– La pista de Huitzuco, usted la menciona en el libro, ¿por qué?
– Yo no la menciono, la menciona un policía federal, la CNDH, los expertos del GIEI en un par de reuniones, donde hay declaraciones de los policías que dicen ‘nos vamos a llevar aparte a los muchachos a Huitzuco’. Lo que cuestiono es por qué si había esas declaraciones no de uno sino de varios voceros. ¿Por qué no se investigó Huitzuco? ¿Porque es la tierra de los Figueroa, unos priístas muy poderosos? Ni siquiera pusieron un pie en Huitzuco, hay declaraciones de patrulleros, doy el número de las patrullas y no se investiga.
– ¿Pero aún se podría?
– Claro, si hay voluntad se puede investigar pero no la he visto.
La adquisición de su patrimonio, no creíble
– Otro tema expuesto en el libro son las propiedades del presidente. ¿Había visto algo similar, una casa adquirida cuando él tenía 16 años, donaciones de sus padres. ¿Eso que nos refleja?
– Es un escándalo tal vez equiparable a la Colina del Perro de José López Portillo. Carlos Salinas fue un hombre brutalmente enriquecido pero no se compró un palacio. Yo conozco la casa de Salinas, en Fraccionamiento del Bosque, camino a Santa Teresa, hay casas de 800 mil dólares, un millón de dólares, no de 7 millones de dólares. Peña llega enriquecido a la presidencia luego de su paso como gobernador del estado de México y lo hace más como Presidente. Se compra su primera casa a los 16 años y son seis propiedades las que de acuerdo con su declaración patrimonial le heredan sus padres, un electricista, aun siendo ingeniero y una maestra. Bueno, yo quisiera en este país conocer a un electricista y a una maestra que tuvieran seis propiedades y que heredaran, insisto, de acuerdo con la declaración de Peña, dos millones de pesos en obra y dos millones de pesos, exactamente en joyas.
“Es no creíble el origen de la fortuna de Peña y cómo eso le pesó, ya siendo presidente es otra historia nueva. Cuando salió lo de Casa Blanca de inmediato comenzó a emerger, a brotar el origen de su fortuna, esa cola larga que tenía desde el estado de México no se le podía cortar ya como presidente y Peña va a pasar a la historia bajo la sombra de la corrupción, lo va a marcar la Casa Blanca, Ayotzinapa, así como lo va a marcar la ignorancia que ha mostrado. Un presidente enriquecido, ignorante y corrupto es una de las herencias que va a dejar y solo hay que hablar con la gente afuera para saber qué piensa del presidente”.
– Habla de Alfredo Castillo, de Luis Videgaray, de quienes están cerca del presidente, ¿le sirven a él o a México?
– No. Al presidente sobre todo. Castillo es el fontanero, el destapacaños y sobre todo de Peña Nieto, ¿qué hizo Castillo cuando fue a Michoacán? Vistió a los sicarios que estaban integrando a los autodefensas y los convirtió en policía rural. Está documentado cómo los convirtió. Ustedes lo saben, la violencia y los sicarios no se han erradicado en Michoacán. El caso Paulette, entonces en un momento del libro menciono cómo llega a la Comisión Nacional del Deporte (Conade) Castillo. El presidente le pregunta ‘a dónde te quieres ir’. No se puede ser tan irresponsable aun siendo tu gran amigo que le digas a dónde te quieres ir. ¿Cómo se está gobernando? A base de puntadas, de amiguismo pero llevado a la máxima expresión. En el caso de Videgaray es el cerebro que tiene el presidente, hay una parte donde narro unja reunión entre Videgaray y directivos del periódico Reforma donde les dice ‘les voy a partir la madre’. Esa frase te retrata, te estampa la soberbia del gobierno, son los dos más cercanos al corazón del presidente.
– ¿Había visto algo en cuanto a presiones a medios de comunicación?
– Con Salinas hubo mucho apretón en los medios, con Ernesto Zedillo fue un poco más holgado, con Fox vivíamos todos una luna de miel, había sido un candidato formidable y rompió la hegemonía de 70 años. Felipe Calderón fue un poco más rígido aunque no al grado de quitar espacio a esa periodista (Carmen Aristegui). Es muy fácil como me la pongas y expliques en el caso de Aristegui y Pedro Ferriz de con. Los dos periodistas de mayor penetración en la población y más críticos de Peña no tienen micrófono, así de fácil. Muchos dicen ‘a ver que demuestren que en Los Pinos se ordenó su retiro’. No pues si no es cosa de mandar un memorándum, ‘oigan, le pido que quite a Carmen’ así no se maneja el poder político, quien lo ponga eso es un ignorante. Pero ahí están esos dos casos. El y la periodista más críticas del presidente no tienen espacio.
– ¿La oposición, su papel, los gobernadores, es un extremo?
– Hay un capítulo en El derrumbe que se subtitula ‘Los gobernadores glotones’ y abordo los casos de saqueo patrimonial de Javier Duarte en Veracruz, de Roberto Borge en Quintana Roo, ha sido una cosa brutal. Javier Duarte no se robó Veracruz porque no cabía en el helicóptero. Lo de los gobernadores particularmente este sexenio, los Moreira, los dos Duartes y Borge será muestra del PRI más nocivo y Los Pinos más tolerante. Porque a mí qué me importa que lo expulsen. Yo lo quiero ver en la cárcel y regresando el patrimonio, para que se reintegre a Veracruz, no para que se pague a sus abogados.
– ¿Qué espera aportar con tu libro? ¿Por qué en la antesala del cuarto año?
– Hubiera sido muy comodino sacarlo a fin de sexenio o en 2019, es decir, mucha gente con mucha razón podría decirme ‘esto me lo hubieras dicho hace dos años’. Cuando se lo planteé a Random y a mis editores les pareció adecuado sacarlo ahora, solo le faltan 19 meses. La intención es que quien lo lea esté mejor informado, hay más de 30 entrevistas y testimonios que reflejan la situación económica, petrolera, hacendaria, seguridad, eso da un panorama amplio, opiniones respetable y todo coinciden que es un gobierno que se ha derrumbado. Que la gente diga este libro me ha servido para conocer mejor a mi país y si el libro aporta a eso y a retratar mejor al tipo de gobierno que esta desde 2012 me doy por bien servido
– ¿Qué frase resumiría el sexenio de Peña Nieto?
– Trae desconexiones mentales que lo llevan a confundir Okinawa con Ojinaga, ni siquiera un chavo de primaria lo hace. Dos frases: “la corrupción es un asunto cultural de los mexicanos”, él se equivoca rotundamente, yo no soy corrupto, millones no somos corruptos, que sea cosa de cultura priísta, eso sí se lo creo
Y “yo no me levanto pensando cómo joder a México”. Esa frase nos muestra el grado de vulnerabilidad tanto institucional como presidencial que tiene Enrique Peña Nieto. Es más, revisé textualmente y ni siquiera le preguntan eso, ni siquiera hay alguien que le pregunte ‘¿está jodiendo usted a México?’. Fue un subconciente que le sacó esa frase muy desafortunada, no me imagino a Barack Obama diciéndolo.