PERFILES: Bromas Pesadas

15 de junio de 2012
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8:33
Lilia Arellano

Y más vale tratarlo con respeto, hablar de él como si fuese cosa del pasado, como si en el presente ya no existiera sino como la figura del diablo, ese personaje del que todos hablan con cierto miedo, con temor a que aparezca en su vida, en su existencia, de que les cause tal daño que todo se les afecte, hasta la manera de andar. Pero además, no lo ven. Como Satán, no da la cara, aunque a decir verdad algunos aseguran que ya lo vieron y pasan años y años y del susto no se recuperan, es más le achacan sus males recientes los que viven día con día. El Sancho es, así, con mayúscula, un sujeto de temor.

¿Todavía vive el Sancho?… Yo creo que sí porque las estadísticas señalan que tan infieles son los hombres como las mujeres con la gran diferencia de que los señores, que no caballeros, se dedican a presumir sus conquistas, dan nombres y referencias, lugares de encuentro, presumen pues de lo que llaman “sus botines”, cuando en realidad son muchas las ocasiones en que desempeñan el papel que consideran detestable, el del Sancho. En cambio, las féminas somos más recatadas y solo descuidos tan graves como dejar la puerta sin llave con la salación de que el marido se regrese y encuentre al lechero en pleno reparto, llevan a que se descubra a ese miembro que toda familia que se preste de ser bien formada tiene o debe tener.

El Sancho está presente en los sueños, es el personaje ideal porque ni se le lava, ni se le plancha, ni se le atiende en los alimentos, solo está para el placer, el de ser, el de estar y el que provoca cuando se marcha. También sale a la vida en las pesadillas, sobre todo cuando confunde su papel y se enamora y habla de desbaratar el hogar o de gritar a los cuatro vientos sus sentimientos  que considera son compartidos con la mujer ajena. Aunque, ni que decir, también debe presentarse con cola y cuernos en la mente de los señores y debe ser el punto más débil de los machines presumidos, de los que creen que no hay mujer que se les resista.

Bien dice la canción que tan bien interpreta “la leona” Lupita Dalessio, tan clara ella para exponer este tipo de asuntos: “Oyeme bien no te me acerques te lo digo por tu bien…Te estás pasando te lo digo de una vez, aunque me muera yo te juro serte infiel. Te estás pasando… Mucho cuidado que con fuego estás jugando, que se descubra que tu amor me está matando y que mis ojos hoy te están recriminando…Te estás pasando. Si ella supiera cómo te estuve besando, yo le dijera que tú me estuviste amando. No te impacientes que además…TU MUJER TE ESTA ENGAÑANDOOOOO”.

Y habrá que hacer notar las grandes diferencias. Mientras que en el caso de los señores, o se les dice cornudos, o que les vieron la cara y a los causantes de su desventura se les llama Sanchos, a las mujeres se nos dice amantes. Clara diferencia ¿no le parece? Aunque también habrá que ver que el papel de unas y otros es distinto y esa distancia la mide cada quien de acuerdo o con su cartera o con su necesidad de sentirse amado aunque sea por unos instantes. Al parecer uno y otra, Sancho y amante, son indispensables hasta para hacer agradable la charla de café, siempre y cuando se hable de los ajenos… o del que padecen los amigos.

Ambos le dan a nuestra vida un toque especial. ¿O no es verdad que quienes presumen de ser galanes incluyen en sus conquistas a las mujeres casadas como trofeos de gran cazador? Y ni que decir de las que pueden lucir todo lo que les proporciona la condición de amantes. Es más, el querido y jamás olvidado Sancho, también es parte de esa convivencia llena de risas en las que aparece al ser llamado y del que cada quien se burla esperando no ser una más de sus incontables víctimas.

De no ser por el Sancho, ¿cuántos seres humanos no existirían? Es más, ¿cuántos ni siquiera habrían nacido? ¿Será que la fórmula es un buen Sancho y una buena amante? ¿O sea que “la leona” y su compositor se equivocaron porque si bien es cierto que donde hay dos no caben tres lo que habría que anotar es que deben caber cuatro?.

Habrá que ver en el confesionario que tanto es cierto y si ahí también hablan del diablo.([email protected])

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