Abanico
Después de cinco meses en los que han querido aparecer como “demócratas” y decididos soportes del cambio que requiere el país, los hombres que dirigen al PAN en todos los niveles, aparecieron como lo que realmente son: un grupo de políticos que desean chantajear al país a cambio de su apoyo al Pacto por México.
Como se sabe, este año, en julio, habrá elecciones en varias entidades. Estarán en juego una gubernatura, varios congresos y un buen número de alcaldías. Y entre todas estas posiciones, dos entidades destacan por su valor estratégico hacia el futuro: Puebla y Veracruz.
Por supuesto, la gubernatura de Baja California resulta clave para todos. Para el PAN es de un valor enorme, ya que el gobierno de esa entidad se encuentra en su poder. Y para la actual dirigencia perder esa elección sería catastrófico.
Puebla se reduce a la batalla por la alcaldía de la capital, ya que por esta única ocasión el mandato será por algo más de 4 años, ya que se decidió emparejar la elección local de gobernador, con la próxima elección de Presidente de la República. Habrá en tres años, por lo tanto, un gobierno de algo más de un año, para después entrar de lleno en la batalla que combinará los destinos local y federal. Y no se requiere de mucho para entender que quien gane hoy el gobierno de la ciudad de Puebla, estará en muy buena posición para luchar por el gobierno del estado en su momento.
En Veracruz la situación es algo más compleja y por supuesto mucho más amplia.
El expriísta y ex gordillista Miguel Angel Yunes, quien se apoderó ya de todo el control del PAN en Veracruz, quiere ser gobernador. Y no tiene límites en su ambición. Ha luchado con todo por alcanzar sus objetivos.
Ha convertido a sus hijos en panistas de última hora y los ha impuesto como candidatos a todo lo que esté a su alcance. Y para que nadie note sus decisiones, lo que hace es simplemente lanzar acusaciones de todo tipo en contra de los priístas.
Ahora, antes de que el proceso electoral arranque en su etapa de lucha por el voto, ha logrado que todo el PAN, líder nacional, coordinadores del Congreso y por supuesto, el grupo que él encabeza, se presenten “unidos” para denunciar al gobierno federal y al gobierno local, por lo que llaman intervención en las elecciones para favorecer al PRI.
Quieren que se destituya a la secretaría de Desarrollo social y al gobernador. Quieren que se corra a poco más de 57 funcionarios del estado. Y por supuesto, quieren que se sancione al PRI. De lo contrario, amenazan, lo que peligra es el Pacto por México.
En otras palabras, o se les entrega el poder en Veracruz, o simplemente pondrán en jaque al Pacto. El chantaje en toda su expresión. Algo que por supuesto, es un recurso corriente en el accionar político del señor Yunes, pero que resulta singular en un PAN que pretende aparecer como “verdaderamente demócrata”.
Pero el precio del PAN, o al menos el que el PAN se ha puesto, está ya muy claro. Quieren conservar el gobierno de Baja California, y poco importa lo que los votantes quieren, y desean que se les entregue el poder en Veracruz mediante el control del Congreso local y de las alcaldías más importantes.
Y si ello no lo decide así el gobierno federal, entonces el Pacto habrá terminado.
La democracia al estilo del PAN, que no es otra cosa que impedir que los ciudadanos deciden qué es lo que quieren y con qué partido lo quieren.
QMX/nda