México se la juega en 2025
El gobierno de Enrique Peña Nieto ha logrado reducir el impacto mediático de primera gran derrota a nivel internacional. Pero el fracaso en la lucha por alcanzar el control de la OMC es simplemente, catastrófica.
Hace apenas unos días, México perdió ante Brasil la batalla por llevar a uno de sus cuadros a la titularidad de la poderosa Organización Mundial de Comercio. Nuestro gobierno apostó y lo hizo fuerte. Pero no logró los votos necesarios y tuvo que asumir el costo del fracaso.
México había perdido ya, la batalla por el Banco Mundial, cuando Agustín Carstens no pudo vender a la candidata europea. Y al igual que en aquella ocasión, los votos de los países en vías de desarrollo fueron a parar a la parte contraria a nuestro país. Y por lo visto, la lección no fue aprendida.
Ahora, con todo el peso del poder, nuestro gobierno impulsó a Herminio Blanco, uno de los tecnoburócratas que ha controlado el poder en México a lo largo de las últimas administraciones. Se puso en juego todo el instrumental a la mano. Y de esa magnitud fue la derrota.
Las consecuencias son fáciles de ver y entender. Y si bien es cierto que en la práctica no perdemos nada debido a que nada se tenía, la realidad nos demuestra una larga serie de situaciones que el gobierno parece no haber entendido y que nos llevó a cometer varios errores.
Primero, es claro que el titular de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, está totalmente fuera de lugar. Su desempeño como titular de Hacienda en la parte final del gobierno de Felipe Calderón, lo dejó marcado más por los temas como la investigación sobre Elba Esther Gordillo y el conflicto de las tarjetas Monex, que por otra cosa. Y los señalamientos de que ocupa la SRE debido a esos casos más que a su capacidad en el terreno internacional, lo que hacen es debilitar aún más, una posición de por sí debilitada.
Después, habrá que recordar que unos días antes de que se realizará la votación en la OMC, apareció una publicación importante en la que Enrique Peña aparecía como uno de los 100 hombres más influyentes en el mundo. En Latinoamérica, el único político, ya que el otro representante del Continente, sería el nuevo Papa.
De esta manera, el fracaso ante el mundo en la lucha por la OMC muestra que la influencia que se atribuye al presidente es bastante menor y que está sujeta a muchas cosas en las que México no tiene mucho que decir.
Otro aspecto que habrá que tener muy en cuenta es el hecho de que el gobierno de enrique Peña Nieto ha buscado modificar el eje de la estrategia de su gobierno. Dicho de otra manera, se ha girado totalmente para cambiar el discurso del combate al narcotráfico, para impulsar el del nuevo México fincado en el desarrollo económico. Y en el terreno económico fue en el que se sufrió el gran descalabro.
Todo lo anterior deja ver sin mayor problema que el gobierno realizó un pésimo diagnóstico del tema y puso en marcha una peor estrategia, ya que sus bases estaban fuera de la realidad.
Ahora, tenemos una Secretaría de Relaciones Exteriores que la fuerza internacional para alcanzar respaldos, un gobierno que no entiende que las promesas de Washington están muy lejos de ser un factor de poder y un fracaso que se acepte o no, nos coloca en la realidad que no es otra que aquella que dice que México ha retrocedido una barbaridad, en las relaciones con el resto del planeta.
Hecho que se agudiza cuando se entiende que contra México votó el Caribe, Africa y por supuesto, el bloque conocido como BRIC.
QMX/nda