Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
Oculta por el humo de las muchas batallas políticas que se libran a lo largo y ancho del país, la inoperancia del Senado de la República no ha sido adecuadamente valorada. Pero ello no implica que el efecto pueda ser menospreciado.
Desde que arrancó la Legislatura actual, en septiembre pasado, quedó claro que las oposiciones habían vencido, con relativa facilidad, al grupo del PRI, a pesar de ser la minoría más importante. Las disculpas no tardaron en aparecer. Pero el daño estaba a la vista.
Tal vez el impacto más claro fue al momento de discutirse la reforma a la administración pública. Los grupos del PAN y del PRD sumaron fuerzas y simple y llanamente, le negaron al presidente Peña Nieto, los cambios que demandaba para el arranque de su administración en el área de la seguridad.
El problema fue y vino de Disputados a Senadores. Para luego repetir el camino de regreso. Y todo terminó con una controversia que no tardará mucho en demostrar que los senadores se excedieron y que los priistas en el Senado simplemente no pudieron, o no supieron, negociar con sus rivales.
Ahora, con los escándalos de Tabasco y el SNTE y con la idea de que puede haber más casos como estos, pocos han visto que en el Senado las cosas han vuelto a detenerse.
En el arranque del nuevo período de sesiones, los diputados aprobaron reformas en el terreno del amparo, tema que había sido modificado en el Senado en la anterior Legislatura y Hace apenas unos días, se modificó lo relacionado con el fuero.
Ambos proyectos llegaron al Senado. Y están ahí. El primero es fundamental para todo lo que es el cambio en telecomunicaciones, reforma que es considerada en el paquete de las “fundamentales” para dar movilidad al país. Y la segunda resulta importante para acabar con ciertos abusos en todos los campos, de quienes de una u otra manera gozan del fuero.
Pero los senadores parecen tener en mente otras cosas. Saben que si detienen el tema del amparo o le hacen una ligera modificación, el proceso legislativo habrá prácticamente terminado. O aprueban el proyecto como les fue enviado por los diputados, o lo detienen de manera definitiva: y esa es el arma que han decidido utilizar. Presionan e impiden. Y el grupo del PRI no sabe como resolver el problema planteado. No en vano las oposiciones en el Senado han afirmado que son “el único contrapeso que existe frente al gobierno federal”.
Por lo que se refiere al asunto del fuero, juego un poco más “abierto”. Y quieren que el proyecto avance, pero siempre con la idea de que el fueron también sea modificado para la figura del Presidente de la República. Algo que por supuesto, los priístas no quieren ni siquiera pensar.
El tema es sin embargo, que esto no es más que la demostración de que en el Senado de la República, las cosas no marchan como es debido,
Emilio Gamboa ha resultado ser un “buen operador” de muchas cosas, pero todas fuera del ámbito del Congreso. A la hora de tener el control de la Cámara Alta, las cosas se descomponen totalmente, y es la oposición la que ejerce el liderazgo.
Y ello en estos momentos puede ser más o menos, equilibrado y los daños pueden ser de cierta manera, controlados hasta un cierto nivel.
Pero las preocupaciones se elevan cuando se piensa que lo que se quiere en realidad, ni siquiera ha sido puesto en marcha. Y entonces la pregunta es ¿en los temas importantes se podrá esperar algo diferente a lo que hasta ahora se ha logrado?
Y la respuesta parece simple: por supuesto que no.
QMX/nda