Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
Pudiera ser que para el gobierno, el golpe dado a Elba Esther Gordillo resultó un éxito político, pero un problema en lo educativo. Y bastaría con poner atención a lo que sucede con la CNTE y la sección 22 del SNTE para entender lo anterior.
Para nadie es un secreto el que, el “manotazo en contra de la señora Gordillo” fue una eficaz demostración de fuer< de parte del gobierno de enrique Peña Nieto. Pero muy pocos podrían dejar de ver que ese hecho sirvió de luz de alarma para la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
La CNTE entendió a la perfección lo que sucedía. Y aprovechó que el gobierno se preparaba para una batalla política con el SNTE, cosa que no sucedió, y no preparó el terreno para enfrentar a quienes resultaron ser los verdaderos rivales de la llamada reforma educativa.
Así, y aún antes de que las reformas reales al sector educativo aparezcan en el horizonte, la Coordinadora movilizó sus fuerzas. Y por el momento ha colocado contra la pared a los gobernadores de Oaxaca y de Guerrero y amenazan con convertir al Distrito Federal en un campo de batalla en el que los ciudadanos resultarán los realmente afectados.
Por el momento, la CNTE ha logrado mantener sus posiciones y ha puesto en apuros a las autoridades de todo tipo. Han violentado el marco legal como les ha venido en gana y anuncian marchas en la capital del país para mostrar más que fuerza, su capacidad para colocar al gobierno federal a las puertas de la “represión”.
De esta manera, el gobierno federal ha sido obligado, se reconozca o no, a replantear su estrategia en el terreno educativo. Por supuesto que resultaría complicado “dar marcha atrás” en las modificaciones ya aprobadas en el terreno administrativo, pero la CNTE lo que busca no es lo que ya se tiene, sino lo que se quiere tener.
Y nada mejor que poner de rodillas a los gobernadores Gabino Cué, de Oaxaca, y Angel Aguirre, de Guerrero. Y por supuesto, no sólo han paralizado escuelas y tomadas carreteras, sino que han logrado que se les acepte como fuerza interlocutora real y con el beneficio de no perder derechos de ninguna especie.
Así las cosas, no son pocos lo que se preguntan si en lugar de haber golpeado al SNTE y a su dirigencia, hubiera dado mejor resultado el preparar el terreno para hacer frente a una Coordinadora que no sólo no quiere reforma alguna, sino que cuenta con serias posibilidades de crear un verdadero conflicto político en una parte importante del territorio nacional, todo a costa de la imagen del gobierno federal.
Cuando se decidió la ofensiva en contra de Elba Esther Gordillo, el gobierno abrió la puerta a presiones sobre muchos otros líderes sindicales, como Carlos Romero Deschamps. Y cuando el gobierno no hizo nada al respecto, demostró que la profesora había un blanco político y no una pieza en el juego del combate a la corrupción.
Pero también y de manera importante, abrió la puerta para que la CNTE tomara la ofensiva. Y ello no quiere decir que sea invencible o que todo está perdido para el gobierno. Simplemente quiere decir que es muy posible que el éxito de poner en prisión a la señora Gordillo podría haber elevado, y mucho,, el costo de una reforma educativa. Y ese costo, aparecerá al lado de las facturas en el terreno laboral, ya aprobadas, y las que vienen en el terreno energético.
Y pudiera ser, que en plazos muy cortos, el capital político del gobierno de enrique Peña Nieto se quede corto. Muy corto.
QMX/nda