PERSPECTIVAS: Los cambios prometidos

11 de diciembre de 2012
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10:22
Norberto de Aquino

El gobierno presentó su reforma educativa. Hay prisa por alcanzar los cambios prometidos. Pero, como en alguno de los casos anteriores, los discursos podrían no ser suficientes para cubrir los huecos del proyecto para fortalecer la educación en nuestro país.

La propuesta modificará el artículo 3o constitucional para dar autonomía plena al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa y pretende, según se dijo, recuperar para el estado, el control de la educación.

Y es aquí en donde los problemas inician.

Primero, habría que preguntarnos cuándo y de qué manera, ese control se perdió y después, como es que nadie hizo nada. El que el Estado pierda el control de las áreas fundamentales del país tiene que tener explicaciones. Y responsabilidades.

Pero ese es el inicio.

La reforma, por importante que pueda ser, resulta sin duda alguna, insuficiente. Esto es, discursos aparte, no alcanza para resolver el problema de fondo de la educación en el país.

Evaluar a los maestros y que sea el estado el que habrá de determinar tiempo y forma para la promoción de maestros y directores es importante. Pero no resuelva el problema real.

Los maestros son formados por un sistema a cargo del estado, Las plazas las otorga el estado. La capacitación corre a cargo del estado. Y en la actualidad, todo esto falla. La responsabilidad es entonces, del estado. ¿Para qué recuperar una parte, si todo lo demás tendrá que permanecer en las mismas condiciones?

¿Se puede realmente hablar de una reforma educativa si todo lo que se toca es la evaluación de los mentores? ¿Qué se hace con las responsabilidades del estado? ¿Cuándo hablamos de la inversión real en el sector?

En la actualidad, por ejemplo, se habla de los muchos millones de pesos que se dedican al sector. Pero de manera tramposa, el gobierno omite explicar que la mayor parte de esos millones se dedica a las muchas plazas que existen en los muchos organismos del sector. Esto es, el dinero es para pagar salarios, no para mejorar el sistema

Los maestros pueden ser todo lo que se quiera que sean. Y pueden ser peor aún. Pero ¿el estado cumple con su obligación?

Si a los maestros se les quiere evaluar para ello sistemas como los de la OCDE, ¿no tendríamos que demandar al estado que dedicase el sector y a la capacitación recursos similares a los de las naciones con las que se quiere comparar?

En realidad, si el proyecto que va rumbo al Poder Legislativo para ser aprobado de la manera más expedida posible, es todo lo que se tiene planeado como “reforma educativa”, el resultado será, en el mejor de los casos, insuficiente.

En tanto no se haga una evaluación total del sector y se señalen culpas, propias y ajenas y se aclare totalmente la lucha de intereses que tienen al sector como rehén, el problema educativo se mantendrá como hasta ahora.

Evaluar a los maestros y controlar la promoción es un paso. Pero el camino es tan largo, que ese paso puede no ser lo que se esperaba. Y entonces el resultado podría ser más que otra cosa, un cambio para no cambiar.

QMX/nda

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