PERSPECTIVAS: Malas noticias

03 de enero de 2013
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9:17
Norberto de Aquino

El año nuevo arranca con las malas noticias que las autoridades le reservan a los ciudadanos cada doce meses. Y como siempre, en el terreno económico es en donde las cosas suceden. Siempre con el argumento de la necesidad de mejorar las finanzas públicas, aún cuando en ello se encierre el deterioro de las finanzas familiares.

Es el caso de la tenencia en el Distrito Federal. Y como siempre, los argumentos quedan anclados en la promesa de mejorar los servicios, algo que por supuesto, nunca sucede.

En esta ocasión, el gobierno cobrará la tenencia para los automóviles, después de haber hecho todo el populismo del caso, colocando el pago sólo para aquellos que pudieran adquirir un automotor “caro”.

Ahora, la nueva administración, escudada en la Asamblea de Representantes, decidió modificar el rango para el pago. Y bajo la tarifa de 350 mil pesos a 250 mil pesos. Esto es, aquellos vehículos que se ubiquen en el precio del cuarto de millón de pesos hacia arriba, deberán pagar el impuesto. Y ello llevará a las arcas del gobierno capitalino,  una buena cantidad de millones de pesos.

En este punto, se tiene que recordar que para este año, el gobierno del DF intentó cobrar por muchas cosas más. Y buscó por todos los rincones, ya el predial, ya el agua o la luz pública, la ruta para contar con mayores recursos financieros.

Y ha logrado imponer en algunos renglones su voracidad. Y quiere justificarla mediante la tradicional palabrería hueca que a final de cuentas, nadie cree y muy pocos aceptan como argumentos.

Pero si las cosas fueran como el gobierno quiere que se crea que son, esta sería una enorme oportunidad para demostrar que hay efectivamente, un cambio para bien en la capital de la República.

Esa oportunidad quedaría fincada en la transparencia efectiva de lo que se tiene y lo que se requiere. De los planes y de su costo. Y mucho más importante, de lo que se recibió, de lo que se debe pagar y de lo que está comprometido y obliga a elevar impuestos para hacer que sean los ciudadanos los que carguen con el peso de los costos de obras y decisiones que no sólo no pidieron, sino que en buena medida fueron contrarios a ellas.

En otras palabras, ¿no sería obligado que el señor Miguel Mancera apareciera ante los capitalinos y les explicara qué es lo que existe en la gran ciudad y qué es lo que se tiene que hacer?

Decir que se requiere más dinero e imponer el alza de impuestos a los ciudadanos es algo simple y es lo que hacen. Pero aclarar el fondo de las cosas es algo que sucede sólo en las verdaderas democracias. Y el gobierno del DF no es demócrata.

¿Cuánto nos cuestan las faraónicas obras emprendidas por Andrés Manuel López Obrador y por Marcelo Ebrard? ¿Cuánto nos cuesta el aparato burocrático existente en la ciudad y cuánto tenemos que pagar por el crecimiento de la deuda? Y ¿cuánto se elevó la deuda en el gobierno de Marcelo Ebrard y a qué se dedicaron esos recursos?

Miguel Mancera quiere aparecer como un demócrata. Pero el verdadero demócrata es aquel que obedece el mandado de los ciudadanos y explica sus acciones y decisiones, no el que habla con medias verdades y oculta la realidad existente en el gobierno.

El Distrito Federal vive una realidad muy distinta a la que los discursos del pasado gobierno presumían.

Hay inseguridad, caos vial, crecimiento desorbitado de la deuda, compromisos hechos e ineludibles y una enorme corrupción en todos los niveles del gobierno.

Se requiere más dinero. Está bien. Pero ¿para qué?

QMX/nda

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