Libros de ayer y hoy
La llamada reforma en materia de telecomunicaciones llegó ya al Senado. Enviada desde la Cámara de Diputados, la minuta entró en el tramo más difícil de su real puesta en marcha. La facilidad con la que en San Lázaro se aprobó el proyecto, podría tener en la Cámara Alta un atorón de serias consecuencias.
Para nadie es un secreto que en el Senado, Emilio Gamboa Patrón no ha podido vencer la resistencia de panistas y perredistas. Y todo mundo sabe que se queja por “carecer de la mayoría” que existe para el PRI en la Cámara de Diputados.
Pero el problema podría no ser de mayorías, sino de incapacidades para alcanzar acuerdos. Y de habilidad para enfrentar a los contrincantes.
A partir de septiembre pasado, cuando arrancó la nueva Legislatura, el Senado se convirtió en un escollo. Los grandes temas de la agenda creada para alcanzar el “gobierno eficaz” que pusiera al país en la ruta de las transformaciones reales, fueron entorpecidos uno a uno.
Pero a final de cuentas, importantes como habían sido la reforma laboral o la educativa por ejemplo, de una u otra manera, las reformas se implementaron. Se tenía capital político y se contaba con una reserva de tiempo que ayudaba a remendar lo que en el Senado se deshilachaba.
Sin embargo, el tiempo se agota. Y los temas se acumulan. Y se trata de los cambios que se suponen serán los ejes para la transformación de la República.
Tal es el caso de la mencionada reforma en telecomunicaciones. Llegó ya al Senado, ¿pero avanzará?
Los senadores de oposición han mostrado ya, de diversas maneras, que no están dispuestos a dejar que el proyecto avance. Y están dispuestos a gastar tiempo y a provocar que se agote el capital político del gobierno.
Ponen de manifiesto sus argumentos. Y hablan de lo que dice la reforma, pero no se encuentra en el Pacto por México. Hablan de eliminar algunas partes de la iniciativa y de poner algunas de sus ideas en ella. Total, de lo que hablan no es otra cosa que de bloquear al menos temporalmente, el proyecto.
Y es aquí en donde las cosas se complican mucho más.
Emilio Gamboa es reconocido por sus fuertes ligas con las televisoras hoy reinantes en el medio, especialmente Televisa. Y si bien es cierto que ha fracasado en prácticamente todos los temas que le han sido enviados, también lo es que ello sirve como un gran pretexto para “ayudar” sus viejos camaradas en un proyecto que, por supuesto, no les agrada en lo más mínimo.
Los elogios por la forma en que se ha “destrabado” la agenda legislativa, llegan de todos lados. Los analistas internacionales se acaban en calificativos favorables para el gobierno de México. En lo interno, la popularidad presidencial se mantiene en niveles más que aceptables.
Pero lo hecho no es lo toral. La partes crítica arrancó con la reforma en telecomunicaciones. Seguirá con la verdadera reforma educativa y se acelerará con la reforma energética, para llegar a un punto de no retorno con la reforma fiscal.
Y entonces, el panorama ya no parece tan sencillo.
Emilio Gamboa que no ha podido doblegar a las oposiciones, ¿será capaz de hacerlo en los temas que verdaderamente impactarán en el país?
Por lo pronto, los senadores de oposición han anunciado que se tomarán su tiempo, que harán modificaciones y que propondrán algunas cosas más. Y para demostrar que no bromean, han anunciado foros, debates y demás.
Y el período de sesiones actual termina justo con abril.
QMX/nda