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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de junio de 2018.- No solo las instituciones del Sector Salud, sino todas las dependencias gubernamentales y jefes de Estado deben asumir su responsabilidad para afrontar las enfermedades no transmisibles (ENT), aseguran expertos internacionales en un artículo publicado en la revista The Lancet.
El panel de expertos integrado por 21 comisionados, entre los que se encuentra el Secretario de Salud de México, José Narro Robles, fue convocado en 2017 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para conformar la Comisión Independiente de Alto Nivel sobre Enfermedades no Transmisibles.
El objetivo de dicha Comisión es orientar al Director General de la OMS, a los jefes de Estado y de Gobierno y a los Estados Miembros sobre las líneas de acción necesarias para combatir la gran amenaza que suponen estas enfermedades como causas de muerte, enfermedad, discapacidad y carga al sistema económico.
Tan solo cuatro enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, respiratorias crónicas, cáncer y diabetes) serán responsables de la muerte prematura de muchas personas a nivel mundial. No obstante, en gran medida pueden prevenirse con intervenciones sobre sus principales factores de riesgo: consumo de tabaco, consumo nocivo de alcohol, dietas malsanas y sendentarismo.
Los autores del artículo emiten una serie de recomendaciones que abarcan temas como el liderazgo y la responsabilidad políticos, la priorización de las necesidades de salud a abordar, la ampliación y reorientación de los sistemas de salud hacia la cobertura universal, la interacción entre niveles gubernamentales y sectores sociales, el paradigma del financiamiento y la adecuada rendición de cuentas.
Asimismo, el artículo destaca la importancia de aplicar enfoques intersectoriales en los que la salud sea el eje transversal de las políticas gubernamentales y sociales.
Cabe destacar que el financiamiento insuficiente nacional e internacional, es una de las dificultades para la aplicación de las actividades contra las enfermedades no transmisibles.
En este sentido, la OMS estima que para el año 2030, las intervenciones en países de ingresos bajos y medios sobre enfermedades no transmisibles tendrán una tasa de retorno de siete dólares por persona por cada dólar invertido, mientras que por cada dólar invertido en tratar la depresión se obtendrán 5 dólares como retorno.
El artículo “Time to deliver: report of the WHO Independent High-Level Commission on NCDs” fue publicado en la versión electrónica de la revista The Lancet.