Escenario político
El cerdo, animal fetichizado para el ahorro en la antigüedad y para el alimento desde su origen, salió de China y pronto pasó a los demás países asiáticos. El salto al continente americano fue un resultado histórico de invasiones, guerras culturales e hibridaciones posteriores y no una consecuencia natural del culinario descubrimiento de su múltiple aprovechamiento.
Ahora, el vocablo asociado al animal es usado para enunciar una de las principales preocupaciones de agencias internacionales en uno de tantos motivos de alerta para tomar medidas de prevención ciudadanas.
Conocida como pig butchering o “carnicería de cerdos”, esta modalidad de estafa se presenta en esquemas de criptomonedas, aunque puede implicar otro tipo de intercambio financiero.
Fue llamada así debido a un enfoque en el cual los defraudadores “engordan” a las víctimas y luego se llevan todo su capital.
Como otros fraudes operados desde el espacio virtual, el pig butchering comienza por medio de un contacto en apariencia casual. Mensajes en redes sociales, de citas u otras plataformas simplemente con un “hola” o algo como “¡Hola, qué bueno que nos encontramos y nos pusimos al día la semana pasada!”.
Si la o el destinatario responde, el estafador aprovecha para entablar conversación, establecer una amistad virtual y, con el tiempo, animarle a invertir. Para darle confianza le comparten un supuesto portal financiero con datos bursátiles, hacen alguna videollamada o le permite retirar un poco de dinero. Cuando la víctima invierte una cantidad mayor, el “amigo” desaparece.
Esta semana, la Interpol en su evaluación de fraudes alertó que las tendencias más prevalentes son las estafas financieras, entre ellas el pig butchering, el fraude romántico o amoroso —como lo hemos identificado en el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México— y el phishing por medio del correo electrónico.
Difícil no coincidir con la forma como Jürgen Stock, secretario general de Interpol, ha calificado a este tipo de delitos: “una epidemia”.
El desconocimiento sobre la forma de operar de los delincuentes, la debilidad en la cultura de la ciberprevención, la necesidad económica o el deseo por incrementar el capital con inversiones aparentemente mínimas son aprovechadas por los estafadores.
En su momento, el gobierno de China prohibió los servicios financieros y de pago relacionados con las criptomonedas y detuvo a más de mil 100 personas sospechosas de esas prácticas.
Desde lo ciudadano, la cautela ante promesas de grandes ganancias con mínima inversión es clave para desactivar la posibilidad de fraudes tipo “carnicería de cerdos”. Según los reportes atendidos en la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la CDMX el 75 por ciento de los casos de estafa quedan en intento.
Hay oportunidad para desactivar los fraudes y no hacer del pig butchering una epidemia.