PODER Y DINERO: ¡A vivir y trabajar en Paz!

Cada seis años, los mexicanos novamos la esperanza de que “ahora sí nos va a ir bien”. Y, claro está es muy justificada esta “esperanza” de un cambio radical en la forma de hacer política y de repartir nuestros impuestos.

He visto, a lo largo de mi carrera periodística, infinidad de promesas y planes de gobierno. Quiero decirles que al paso del tiempo a todos les he dado, en lo personal, un voto de confianza de que harán un buen papel como gobernantes. Es mas, estoy convencido de que ningún presidente, de los que he conocido, pensó alguna vez traicionar a la patria o abandonar su responsabilidad en beneficio personal.

Los cambios de gobierno se han visto aderezados de enormes cargas monárquicas de culto al ego el nuevo gobernante. Es difícil desarraigar más de un milenio de esclavitud y sometimiento social. Pero, al final de cuentas, esto es picata minuta.

Sin embargo, en esta ocasión, el ritual del cambio de gobierno llenó los protocolos a pesar de los actos vandálicos y de violencia se vivieron bajo los auspicios de grupos ultra radicales como los “anarcos” o los agitadores profesionales ligados a grupos guerrilleros como el EPR. Para confirmar esta versión simplemente se pueden leer en internet los comunicados de esta organización y su postura ante el gobierno. En fin, de esto hablaremos en otra ocasión.

Las 13 decisiones para el desarrollo del país, que propuso Enrique Peña Nieto como presidente de la República, tienen cinco ejes fundamentales:

En tanto los temas de seguridad, solidaridad, comunicaciones y economía, representan 3 decisiones inmediatas, educación representa una que tiene aristas políticas que afectan directamente a la líder vitalicia del sindicato de Educación, Elba Esther Gordillo, y pone orden al sector en forma inmediata y con uno de los políticos que enfrentaron a principios de la década a la dirigente del SNTE, en el Congreso.

En materia de Seguridad, por primera vez se habla de las víctimas de la guerra contra el crimen. Huérfanos, viudas o padres que perdieron a sus hijos, sean delincuentes o gente decente, son mexicanos que necesitan de atención. Estas se cuentan por decenas de miles.

En lo social, el seguro de vida para las jefas de familia, la pensión universal para los mayores de 65 años y la guerra contra la pobreza son temas ineludibles que benefician a millones. En materia de comunicaciones la licitación de 2 cadenas de televisión, la banda ancha, los trenes de pasajeros así como el crecimiento de la infraestructura, son temas que generarán oportunidades de negocio y, de la mano, creación de empleo.

Y, claro para lograr todo ello, es fundamental generar los recursos económicos. Déficit cero y plan de austeridad, son las piedras angulares en tanto que se necesita una reforma hacendaria en la que continúa trabajando el equipo de Luis Videgaray, en Hacienda y que seguramente se discutirá el año próximo.

Los cinco ejes presentados por el presidente Peña son factibles, deseables y logrables. Y, ello me da confianza.

PODEROSOS CABALLEROS.- En los ecos de las designaciones presidenciales del viernes pasado, la única y gran sorpresa fue Enrique Martínez, exgobernador de Coahuila, como secretario de Agricultura. Ahí está montado en el caballo Enrique de la Madrid, pero fue tanta la presión que ejerció Emilio Gamboa, que simplemente la selección se dio a último momento. Claro, otro nombramiento sorprendente fue el de Mercedes Juan López, en Salud. Definitivamente, este nombramiento fue bien recibido debido a la experiencia que tiene la Doctora especialista en rehabilitación y quien forma parte de varias organizaciones relacionadas a la comunidad médica. Sabe de lo que habla. *** En términos generales, considero que el gabinete de Peña Nieto, aglutina experiencia y juventud. Los dos pilares, Miguel Osorio Chong así como Luis Videgaray, tienen el 100 por ciento de la confianza del presidente. Cada uno tiene la responsabilidad de fortalecer el sistema político mexicano, que se desmembró en los últimos 4 sexenios, así como el lograr que fiscalmente crezca el erario público, con políticas de austeridad que terminen con 12 años de despilfarros. Me preguntaban especialistas económicos ¿cuál sería el camino para que Peña cumpla con sus metas? Y, mi respuesta fue sencilla. Acabar con la corrupción implicaría ahorros de 32 mil millones de pesos año, así como la disminución de prestaciones y exorbitantes salarios de algunos funcionarios hablaríamos de 35 a 40 mil millones de pesos (muchos de estos puestos fueron inventados en 12 años de panismo). Entonces ¡Si se puede!

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QMX/vsb