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CIUDAD DE MÉXICO, 3 de mayo de 2018.- Al menos que la ciudadanía no le exija, los políticos no cambian, aseveró quien fuera presidenta de Costa Rica del año 2010 al 2014, Laura Chinchilla, al referir que se debe empezar a entender que los grandes males de la política latinoamericana son: el cortoplacismo, el clientelismo y el populismo.
De estos, el último es el que ha venido apostando por una ciudadanía ignorante, pues son los más pasivos y fáciles de manejar.
El clientelismo no es más que la política transaccional: “usted me da el voto y yo le doy la lámina de zinc o el saco de cemento. Como empresario, me da el financiamiento y yo le garantizo el contrato”.
“El populismo no es más que seguir asumiendo que esta ciudadanía ignorante va a ir detrás de los cantos de sirena, que son a los que llaman los populistas sin soluciones”, recalcó en la ex Presidenta costarricense.
En su participación como ponente en la Cumbre Infonavit 2018, Chinchilla señaló que uno de los grandes faltantes que tienen países latinoamericanos y sus sistemas de democracia son la ciudadanía de calidad.
Aclaró que lo anterior no quiere decir que los ciudadanos no tengan calidad, pues en los últimos años han habido más conscientes, más activos, parte de una clase media más educada, pero se apuesta más a que se entienda que, si bien participar en un proceso electoral es fundamental, paso inicial de un ciclo de vida colectiva, dentro del espacio político no se agota ahí.
Es decir, “tenemos derechos que hacer valer pero también un conjunto de obligaciones que aportar”, no solo de parte de los ciudadanos, sino también de los políticos.
Desde el punto de vista de democracias más sólidas en América Latina, la ex Presidenta de Costa Rica señaló que los latinoamericanos han sido muy dados a pensar en los procesos de manera formalista, pues cuando existe y problema se presiona para exigir una nueva legislación o si hay algún caos en el país, se llega incluso a pedir una nueva constitución o un faltante de algo se busca crear una nueva institución con nueva burocracia.