Virus HMPV detectado en China no representa amenaza: Kershenobich
href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/05/mamás1.jpg»>CIUDAD DE MÉXICO, 10 de mayo (Quadratín México).- Hace unas cuantas décadas, las madres mexicanas no padecían culpa por trabajar y dejar a sus pequeños en guarderías, porque simplemente la mayoría no trabajaba fuera de su casa, y es que ser mamá era más instinto que instrucción, señaló Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia.
“El argumento es que con el desarrollo de la cultura laboral y profesional de las mujeres, comenzó a agudizar el sentimiento de la culpa. En muchos casos fue el motor que relajó la disciplina de los niños, los límites se rompieron y algunas mujeres perdieron – a nivel emocional – la autoridad moral para guiar sus hijos”, manifestó la maestra Sotelo Arias.
No se trata de decir que los tiempos de antes eran mejores, sino que el arquetipo tradicional de madres-hijos duró siglos, el cual se transformó en unas cuantas décadas, por lo cual el proceso de adaptación llevará su tiempo y claro que será para bien.
“El problema esencial es que en muchas madres prevalece el instinto de competitividad sobre el materno. Las mujeres están más preocupadas por su realización interna que por ser madres, pero llega un punto en la vida que hay que pagar la factura y es cuando las madres se encuentran dentro del problema descrito”, dijo.
Por su parte, la maestra Lourdes Morales Carrillo, miembro y docente del centro, explicó que este efecto se presenta con mayor crudeza en las madres solteras y las que son el sostén económico principal del hogar.
“Hay que añadir que en términos psicológicos las mamás de antes tenían menos ‘complejos’ porque eran menos conscientes de lo que hacían y confiaban más en su instinto materno. Ahora las mujeres son más instruidas y letradas, sobre todo en las áreas urbanas.
Comentó que tienen mucha información que les dice cómo ser una buena madre y al final esto puede generar confusión, angustia y culpa si es mal interpretada dicha información.
Morales Carrillo detalló los escenarios más comunes con las madres que sienten culpas: una madre que trabaja todo el día y se siente incapaz de imponer disciplina con sus hijos debido a la culpa que le genera no estar con ellos.
Mamás que tuvieron escenarios traumáticos en su infancia y que temen repetirlos con sus hijos y suelen ser indulgentes con ellos. “Es necesario hacer una diferenciación de lo que se fue a lo que son actualmente los hijos de uno. El contexto no es el mismo y las personas cambiaron. Puede ser un parámetro pero nunca es bueno irse al polo opuesto”, manifestó Morales.
Mamás divorciadas que estrenan pareja y se sienten culpables con sus hijos por esta razón. “La madre tiene que quitarse la culpa porque en la medida que ella funcione mejor como mujer, lo hará mejor como madre”, dijo Sotelo Arias.
¿Hasta dónde regañar? “Antes un grito a un niño era un grito. Ahora implica una carga emocional donde la madre se pregunta si está siendo justa o no con sus hijos. Quitándose la culpa, la razón impera y es más fácil ser justo”.
En cualquier caso cuando el escenario se torna ingobernable y los límites entre madre e hijo son inexistentes lo mejor es acudir a la ayuda de un profesional. En este sentido CEEPI dispone de psicólogos infantiles y clínicos capaces de poner remedio a los problemas expuestos, señalaron las especialistas.
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