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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de enero de 2019.- Al término de la Misa de Clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) este domingo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, La Familia y la Vida, anunció que la sede del evento internacional del 2022 será la ciudad de Lisboa en Portugal, provocando el grito jubiloso de los peregrinos de ese país.
De acuerdo a la Agencia Católica de Informaciones, el anuncio fue realizado ante unas 720 mil personas en el Campo San Juan Pablo II al finalizar la Misa del domingo 27 de enero.
“Como dijo el Santo Padre tenemos ahora que salir de aquí y poner en práctica todo lo que hemos aprendido. La próxima Jornada Mundial de la juventud será en Portugal”, dijo el Cardenal Farrell.
Previamente, el Papa Francisco agradeció a los jóvenes por la fe y alegría que “han hecho vibrar a Panamá, a América y al mundo entero. Como hemos escuchado tantas veces durante estos días en el Himno de esta jornada: ‘Somos peregrinos que venimos hoy aquí desde continentes y ciudades’”, dijo.
“Estamos en camino, sigan caminando, sigan viviendo la fe y compartiéndola. No se olviden que no son el mañana, no son el “mientras tanto” sino el ahora de Dios”, agregó.
“Les pido que no dejen enfriar lo que han vivido durante estos días. Vuelvan a su parroquias y comunidades, a sus familias y a sus amigos, y transmitan esta experiencia, para que otros puedan vibrar con esa fuerza e ilusión que ustedes tienen. Con María sigan diciendo ‘sí’ al sueño que Dios sembró en ustedes”, concluyó.
Portugal tiene poco más de 10 millones de habitantes. Su capital Lisboa tiene unos 500 mil. Las estadísticas describen que 8 de cada 10 personas se declaran católicos pero con los años la práctica religiosa ha ido a la baja.
La JMJ se realizará en Portugal, país visitado por los tres últimos pontífices y hasta donde llegan miles de peregrinos para conocer el lugar donde la Virgen de Fátima se apareció a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía.
La primera réplica original de la Virgen de Fátima llegó hasta la JMJ Panamá para peregrinar por distintos lugares. Allí los fieles pudieron venerarla y recibir la gracia de la indulgencia plenaria cumpliendo con los debidos requisitos.