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GUADALAJARA, 27 de noviembre (Quadratín México).- El escritor Juan Villoro subrayó que el libro de Elena Poniatowska La noche de Tlatelolco representa “la voz del coro, de aquellos que estaban en el trasfondo de la historia y no tenían la palabra”.
Así se expresó anoche durante la presentación del libro ‘La noche de Tlatelolco’, edición especial, con un nuevo prólogo de Elena Poniatowska y más de 100 fotografías; en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Agregó que Poniatowska “hizo un tejido de declaraciones de los protagonistas y de frases sueltas de refranes, de letras de canciones, de poemas, y registró todas las distintas palabras que surgían en ese momento”.
Indicó que es un libro hecho de fragmentos, “de heridas que construyen un mosaico, detectó lo esencial, lo que debía ser registrado, cada una de las entradas tiene esa condición urgente de una caja negra, como esas que registran los últimos 30 segundos que se transmiten en la cabina de un avión”.
Señaló que Elena “supo abreviar, sintetizar lo que valía la pena, en ese torrente de ideas, de palabras, de ilusiones, y es admirable como hace un tejido de las cosas urgentes, para convertir en telegramas de entrega inmediata cada una de las declaraciones”.
Destacó que en el nuevo prólogo del libro “se habla del legado del 68, muchos de los cambios que hoy podemos disfrutar y muchas de las ilusiones que todavía tenemos provienen de ese momento, porque una de las cosas más difíciles de un movimiento social es la renovación de las expectativas, por lo que el legado de 68 sigue abierto”.
Dijo que en la presentación de este libro estuvieron tres cortes generacionales “para entender el texto de Elena: Fabrizio Mejía Madrid, quien nació en 68 y representa el año cero y la herencia de este movimiento”.
“Salvador Martínez della Rocca Pino, uno de los protagonistas del 68, y a mí me toca vivir este movimiento partir de la infancia, tenía 12 años cuando salieron los estudiantes a las calles, este libro representó para mi generación el esclarecimiento de una realidad confusa que habíamos vivido de manera equivocada”, dijo.
A su vez, el escritor Paco Ignacio Taibo II manifestó que cuando el libro “salió en esa época los que lo leyeron tuvieron dos reacciones inmediatas, la primera fue la incertidumbre de qué le fuera a pasar algo a Elena por haberlo escrito, porque había un alto nivel de censura y de persecución; y en segundo fue reconocer su enorme valor para escribirlo”.
“El movimiento del 68 no ha terminado, el libro está vivo, Elena está viva, el mensaje está vivo, la historia está viva y el país está vivo”, puntualizó.
Por su parte, la escritora Elena Poniatowska expresó que “cuando iba a salir este libro en esa época, el director de la imprenta recibió un anónimo porque decían se hacía un texto subversivo, y él contestó que había estado en la guerra civil de España, y ordenó que ese libro se imprima para que pueda salir, por lo cual este texto debe su vida a esa valentía”.
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