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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de julio (Quadratín México).- El presidente Felipe Calderón afirmó que la búsqueda de la seguridad, la justicia, el bien común, la preservación de la ley y la democracia ha sido la guía en la conducción de su gobierno.
“Se podrán tener aciertos y errores, limitaciones o insuficiencias en el ejercicio de la voluntad humana, como la de cualquier persona, pero el santo y seña, la guía señera en la conducción del rumbo del país ha sido precisamente la búsqueda incesante de seguridad, justicia y del bien común”, expuso.
Dichos objetivos, que son “fines propios del Derecho y, por supuesto, la preservación y vigencia de la ley y de la democracia misma”, han marcado el rumbo de su régimen, enfatizó el mandatario durante la ceremonia conmemorativa del Centenario de la Escuela Libre de Derecho, de la que es egresado.
Recordó las circunstancias en las que tomó protesta como presidente de la República en diciembre de 2006.
“El honor más alto que cualquier ciudadano pueda recibir que es el de servir a la nación desde un cargo público y si este servicio se da precisamente desde la propia Presidencia es el mayor honor, pero si servir a México es un honor, hacerlo en tiempos de dificultad y de prueba es un honor múltiple, mayúsculo, que he tratado de asumir con dedicación y entrega y con absoluto amor a la patria”, expresó.
El Ejecutivo federal sostuvo que “como gobernante y orgulloso egresado de la Libre, mi compromiso ha sido precisamente con tales fines”, y recordó que su primer imperativo constitucional, categórico y ético, fue protestar cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan.
Acompañado por su esposa Margarita Zavala y por el secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, indicó que si se trata de los fines del Derecho, en materia de seguridad se ha cumplido con el deber de enfrentar a los criminales y de castigar a quien infringe la ley.
Del mismo modo ha ocurrido en la reforma de los cuerpos policiacos en México y en los diversos órdenes de gobierno que “por desgracia” estaban penetrados por la corrupción, ya sea tenue o rampante, y eran incapaces de prodigar el servicio a los ciudadanos.
Mencionó que también en estos años se ha actualizado, “como quizá nunca antes”, el entramado legal con reformas de gran calado, algunas impulsadas desde el Poder Ejecutivo y otras en el seno del Legislativo o del Judicial, como la nueva ley en materia de amparo.
El presidente Calderón consideró que las reformas en materias de Justicia Penal, de Derechos Humanos y la constitucional relativa al amparo constituyen, quizá, el “inicio literal de una nueva época”.
Sostuvo que como consecuencia de esos cambios de gran fondo, los estudiantes y los profesionales del Derecho deben prepararse para un nuevo sistema de justicia penal adversarial, con juicios orales y públicos en los cuales la víctima tiene ese rol de visibilidad y de justicia, sin la cual no puede entenderse el Derecho.
Durante la ceremonia que se celebró en el Palacio de Bellas Artes, Calderón Hinojosa confesó que su vocación inicial no era estar en la Escuela Libre de Derecho, pues al ser michoacano buscó primero ingresar a la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, pero fue rechazado por no provenir de sus preparatorias.
Acudió entonces a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a solicitar su admisión, pues además el bachillerato que cursó en Michoacán estaba incorporado a la máxima casa de estudios del país, pero “nuevamente fui rechazado”.
El sobrecupo que registraba la Facultad de Derecho y otras carreras, así como el pase automático “que tantos efectos ha causado en ciertas instituciones”, hacía que prevalecieran los egresados de las preparatorias de la UNAM, relató, por lo cual tampoco fue aceptado y recurrió a la Escuela Libre de Derecho como tercera opción.
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