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ESTAMBUL/ANKARA, 14 de junio (Quadratín México)- Después de dos semanas de fuertes manifestaciones contra el Gobierno el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, prometió a los manifestantes que no seguirá adelante con un plan para urbanizar el parque Gezi de Estambul hasta que un tribunal no tome una decisión sobre el proyecto, en un tono marcadamente más conciliador.
El gesto de Erdogan, que se concretó con una reunión con grupos que se oponen al proyecto, fue sobre todo simbólico, ya que el Gobierno por ley debe respetar la decisión judicial tras una demanda presentada por ecologistas que tratan de bloquear el plan.
La promesa se produjo horas después de que Erdogan dijera que se le había acabado la paciencia y advirtiera a los ocupantes del céntrico parque Gezi que abandonen el lugar.
“Por supuesto, el Gobierno respeta las decisiones judiciales y está obligado a implementarlas”, dijo Huseyin Celik, vicepresidente del oficialista AKP, quien acudió a la reunión. “Hasta que no haya un fallo judicial no habrá ninguna acción en absoluto sobre el parque Gezi”, agregó.
La represión policial contra los manifestantes que protestaban de forma pacífica en el parque hace dos semanas provocó una oleada de protestas sin precedentes contra Erdogan y el AKP -una asociación de centristas y religiosos conservadores- que sacó a las calles a laicos, nacionalistas, profesionales, sindicalistas y estudiantes.
El grupo Taksim Solidarity, una plataforma de personas que se opone al plan de urbanización, dijo que Erdogan prometió cumplir la decisión judicial y que celebraría un referéndum sobre el tema si el veredicto fuera favorable al Gobierno.
“El primer ministro dijo que si los resultados del voto público fueran en una dirección que dejara esta zona como parque, lo cumplirán”, dijo a los periodistas tras la reunión Tayfun Kahraman, del grupo de protesta.
“Sus declaraciones acerca de que el proyecto no será ejecutado hasta que los jueces tomen una decisión es el resultado positivo de esta noche”, agregó.
La policía ha utilizado gases lacrimógenos y cañones de agua cada día en diversas ciudades, incluyendo la capital, Ankara, mientras que grupos de jóvenes han respondido lanzando piedras y cócteles molotov, en los peores disturbios en el país en años. Tres personas, entre ellas un policía, han muerto, y unas 5.000 han resultado heridas, según la Asociación Médica Turca.
QMX/fm